|Capítulo 20|

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|Capítulo 20|

Harley"s POV

Me removía con incomodidad, poco a poco abrí los ojos. Me senté en la horrible cama algo extrañada, por un momento pensé que todo había sido un sueño, pero no, ahí estaba yo en esa habitación; la cual dejaba mucho que desear.

Cerré mis ojos esperando que al abrirlos todo fuera diferentes pero al hacerlo seguía todo igual.

¿Es un mal momento para decir 'renuncio a esta vida de mierda'?

Sí, estoy arrepentida al no aprovechar ninguna de las tantas oportunidades que me dio la vida para cambiar todo.

Era un día caluroso al parecer, por un momento contemple la habitación.  Cuatro paredes me tenían atrapada en un lugar cuya ubicación para mi era y es un misterio, el lugar era un desastre total, las paredes que tiempos antes era blancas se fueron tornando de un color extraño, el piso era un total mugriento, quería salir de este lugar.

¿Tengo el valor suficiente para aceptar todo esto?

Soporte toda una tormenta de injurias.

¿Para qué vivo?

Perdí a mi familia a causa mía. Yo los asesine; aunque, aún tengo a mi hermano, la única familia que tengo, pero para mi desgracia ya no se nada de él. Desde tiempos anteriores nos distanciamos.

La puerta de la habitación fue abierta, me alegre ante eso, pero al ver que una mujer de tal vez unos 30 años se acercaba hacia mi con una inyección me alarme.

—Sin dolor no hay ganancia.—pronuncie, ahogue un grito al sentir como la aguja penetraba en mi piel.

—Vamos, levantate y sigueme—dijo la mujer.

Asentí dispuesta a obedecer.

»¿Te limitas a hacer lo que dicen?«

Negué hacia la nada, deambule sin rumbo fijo en la habitación, luego de eso seguí a la enfermera que de seguro trabajaba en este enfermizo lugar, cada paso era lento y calculado ya que el suelo era un asco.

Fui llevada hasta una habitación, la cual en sí era diferente a las demás, esta estaba limpia y al parecer yo no era la única en ese lugar. Con mi mirada inspeccione el lugar y a los demás presentes.

Mis ojos se cruzaron con los de un joven el cual se encontraba recostado en una esquina de las paredes de la habitación, el joven era alto y si no estuviera con apariencia enfermiza lo consideraría guapo.

—¡Harleen!—me sobresalte al escuchar mi nombre, en el suelo se encontraba un joven dibujando con los dedos de sus pies.

Mire admirada al joven.

—¿No te lo habían dicho? Romeo nació sin brazos.—dijo alguien detrás mía, con un tono de susurro.

No me di la vuelta, seguí contemplando a Romeo. Es posible que él y yo hayamos fracasado tantas veces en nuestras vidas.

¿Qué es lo opuesto a la falta de dolor o sufrimiento?

¿Estoy desperdiciando mi vida a cambio de el amor de mi amado?

¿Qué ganancia espero obtener por medio de su sufrimiento?

¿Es preciso esforzarme mucho más?

—¡Harleen!—volvieron a pronunciar mi nombre a lo que yo nuevamente me sobresalte. Era Romeo, le dedique una sonrisa y me posisione a la par de él.

Amor de locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora