Escuela

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Dos firmes golpes en la puerta me hacen sacar la cabeza de la gran masa de sábanas.

Me levanto frotando mi cara en movimientos fuertes, tratando de espantar el sueño.

— ¡Buenos días sol! — grita en mi cara Kyler cuando abro la puerta

— No sé qué tienen de buenos — gruño malhumorado —. ¿No es muy temprano para estar despiertos?

— No, es la hora perfecta para empezar el día — me empuja para entrar —. Has tenido dos días libres para descansar, lo cuál es un privilegio, así que no te quejes

Frunzo el ceño porque no creo que las seis de la mañana sea la mejor hora para despertar pero estoy de acuerdo. Ayer, afortunadamente, pase todo el día sin contratiempos. No hubo gemelos calvos y fuertes, ni niñas que pueden hablar lenguajes extraños. Aunque claro, tampoco hubo nada de Zara.

Unas palmas aplaudiendo aparecen frente a mí.

— ¡Despierta Alex! No podemos perder el tiempo, hoy será tu gran bienvenida en este negocio

— ¿Al menos voy a conseguir algo de sexo?

— Lamento decir que no, pero vas a tener un montón de libros esperando por ti

— Genial — contrato sarcástico

— ¡Oye! Con esa actitud no lograrás nada — se acerca y toma mis hombros —. Ahora te meterás a bañar y borrarás esa estúpida mueca de tu cara, luego te vestirás con las ropas más finas que has visto en tu vida y me vas a hacer sentir orgulloso allá a fuera

— ¿Por qué haría eso?

— Porque, tú mi querido Alex, eres una pieza muy importante en el juego de la Reina

— No soy tan importante

— Pero eso no lo saben — se aparta yendo hacia el baño y me lleva con él

Kyler me deja ahí parado pensando en lo genial que sería resbalarme con el jabón y morirme instantáneamente. Parece notar mi humor porque me mira con lástima. Quiero partirle la cara por mirarme así.

— Escucha Alex, nadie quería meterte en esto pero ya es muy tarde para escapar — suelta un suspiro —. Aunque no te guste tienes que fingir tu papel.

— ¿Y cuál es ese?

— El del niño mimado de la Reina

— ¡Pero no lo soy! — exploto en un mar de palabras dignas de un marinero —. ¡Dioses! Ni siquiera la he conocido, no conozco su cara. Tampoco fue lo suficientemente valiente para decirme en persona lo que tenía que hacer por ella. Por lo que sé esa mujer sólo me quiere para ser su estúpido espía y para darle un oral

Cuando termino me siento mucho mejor pero al ver la cara de Kyler decido guardarme el suspiro de alivio. Se ve como un padre decepcionado.

— Alex, sé que no es la situación ideal pero tienes más de lo que cualquiera allá afuera podría desear — se apoya en la pared —. Tienes comida tres veces al día, tu propio cuarto y uno de los mejores puestos en el palacio. Y todo eso sin haber movido un dedo.

— Yo... — comienzo a replicar

— Tú nada, es la verdad y lo sabes — con cuidado pasa a mi al rededor camino a la puerta —. Y si no quieres salir por las buenas entonces será por las malas. No olvides tú lugar y el mío. Las palabras del primer día no eran broma. Puedo destruirte con el movimiento de mi meñique. Así que piensa bien las cosas antes de tomar una decisión, yo soy tu superior y tú eres otro peón más — toma la perilla de la puerta —. Esperaré veinte minutos, si no estás conmigo en ese tiempo sabré tu posición

El amante de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora