El amante de la Reina

Poder

La miro en silencio intentando entender sus acciones. Si no es una chica común del harén entonces ¿qué es? Con dificultad y con miedo a las respuestas, le transmito mis dudas.

— Soy algo más, supongo — se encoge de hombros —. Los títulos y etiquetas me parecen algo absurdo, no creo que un nombre tenga poder

— Y sin embargo lo tiene

— Por supuesto — asiente —. Fuera de este palacio el apellido tiene una gran influencia pero aquí no. Aquí las posiciones se ganan

— Entonces finjamos que estamos en el pueblo. Necesito saber quien eres, necesito confiar en alguien en este lugar — finalizo con amargura

— Ese es el secreto Alexander, no puedes confiar en nadie

Desesperado por sus respuestas evasivas me levanto de golpe y recorro los pocos metros que componen esta habitación.

— Al menos puedo saber qué es lo que acaba de pasar

— Es complicado de explicar — se para a mi lado mirando por la ventana

— Inténtalo — volteo a ella tomando su brazo suavemente — Inténtalo Zara

La veo dudar un poco mirando fijamente mi mano en su brazo. Sus ojos suben a buscar algo en los míos. No sé lo que intentan encontrar pero la miro sin dudas en un intento de que vea cuán seguro estoy de querer saber.

— Una vez sepas todo correrás peligro

— Todos corremos peligro sólo por vivir

Asiente pesadamente y con la cabeza señala el sillón rojo. Siguiéndola nos sentamos en un silencio sereno.

Estoy nervioso y lleno de miedo. Pero me da más miedo la ignorancia. Dicen que el conocimiento es poder, y no estoy seguro de estar listo para tenerlo. Pero sin rodeos me lanzo por él.

— Los gemelos que viste pertenecen a Tree Camp — suelta un suspiro —. Supongo que aún no nos perdonan por quitarles parte de su territorio. De todas formas, han estado mandando a sus hombres más fuertes

— ¿Qué es lo que quieren?

— Venganza. Y a la reina, claro

— ¿Buscan subir al trono?

— Es más que eso Alexander, ellos quieren masacrarnos. Quieren desaparecer al Stone Empire

— ¿Han logrado algo?

— Aún no, pero estoy segura de que pronto lo harán, y ellos también. Sus hombres no tienen poderes muy buenos pero son persistentes. Y la persistencia es un arma muy poderosa

De pronto Zara parece haber envejecido diez años. Sus ojos del color del mar se opacan un poco y su boca se tuerce en una mueca desagradable.

Siento unas repentinas ganas de abrazarla y decirle que todo va a estar bien pero algo me dice que ella no es de el tipo de mujeres que se dejarían tocar tan fácilmente.

— Los gemelos Chian y Chien tienen mucha fuerza, más que un eneuco — continúa —. Sin embargo los tenemos y podemos intentar que nos digan algo

Pienso en el hombre calvo en túnica roja y en Bon sometiéndolo.

— Bon parece fuerte, pudo con él ella misma

— Lo es — una sonrisa aparece en sus labios —. Bon es hija de una cocinera, salió de la nada y ahora es una guerrera

— ¿Eso es malo?

— Al contrario, es admirable. Apenas tiene diecisiete años pero es la chica más ruda que he conocido

— Y que conocerás — dice una voz detrás de nosotros