Emma

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Cuando era niño mamá me contaba historias sobre el palacio, gracias a su empleo como costurera cuando era joven. Ella decía que ahí era todo un nuevo mundo, las personas eran más calladas y al mismo tiempo más vibrantes, también me contó que conseguir un lugar entre todos ellos era difícil, que solo las personas más especiales podían servir ahí.

Razón por la cual estoy bastante incomodo en este momento.

Obviamente yo no tengo ninguna cosa especial para ofrecer a la Reina. Soy bueno peleando, pero no excelente como para ir a la guerra. Soy un pésimo cocinero, se me quema el agua. Las agujas se me entierran en los dedos y ambos de mis pies son izquierdos. No toco ningún instrumento y ni hablar de cantar.

Sí, estoy jodido.

Emma me guía hacía una mesa de madera maciza que se ve interminable, me pone un plato de carne y arroz enfrente y por intuición comienzo a comer como un loco. No he tenido nada para mi estómago en dos días. Varias personas están a mí alrededor pero siguen en sus asuntos.

- ¿Cómo te llamas? - me pregunta sentándose frente a mi

- Alex - contesto entre bocados

- Bien Alex, ¿qué haces aquí?

- No estoy seguro, creo haber hablado con la nieta de la Reina o algo, ella me mando para acá

- ¿Nieta? - miro sus ojos redondos confundidos

- Eso creo, se veía bastante joven

- Los nietos de la Reina están de viaje, debiste haber hablado con alguien más - explica con paciencia

La miro con los ojos entrecerrados sopesando sus palabras, sino fue nadie de su familia entonces ¿Quién mierdas era?

Por los siguientes diez minutos nos quedamos en silencio, yo comiendo y Emma estrechando su mirada en mí. Ella es bonita con toda esa piel clara y su largo cabello rojo, puedo ver un rastrojo de pecas por su nariz. Sus ojos son grandes de color avellana, como los de Barba Roja.

- ¿Irving es tu tío o algo así? - pregunto cuando la curiosidad puede conmigo

- Mi padre - responde con timidez

Se levanta y con un movimiento de su cabeza me da a entender que la siga. Avanzamos por un pasillo más estrecho que todos los anteriores hasta que llegamos a una habitación pequeña. Solo contiene una cama individual y un mueble al lado. Tampoco se ve como si le cupiera más.

- Puedes quedarte aquí por esta noche, es algo así como para invitados, si mañana dicen que estarás permanentemente entonces te buscaremos un lugar con los demás hombres - comenta mientras analizo mi alrededor

- Gracias - tomo asiento en la cama - ¿Qué es todo este lugar?

- Bueno el castillo tiene un montón de necesidades así que nos dividen según nuestros servicios, en este momento estás en el Ala B aquí están los que pintan, cosen, moldean, tallan en madera, cantan, en fin, somos los artistas o algo así - explica moviendo sus manos por todos lados, puedo identificar que está nerviosa

- Vaya, ¿Qué haces tú?

- Adivina - me sorprende notar que sus mejillas se encienden. Sonrío.

No puedo evitar mirarla un poco más mientras finjo pensar un poco. Su vestido es largo hasta el piso y holgado, pero a través de él puedo ver como su figura se curva en los lugares correctos. ¿Qué puedo decir? Soy un mujeriego sin arreglo. Aunque sospecho que ella es demasiado inocente para mí, así que lo mejor será dejarla en paz. Tampoco es como si fuera la situación idónea.

El amante de la ReinaWhere stories live. Discover now