HBD2U. Parte II.

117 17 9
                                    

Se sentía agotado, pero poco le importaba, era como un niño en juguetería y dulcería al mismo tiempo, la poca madurez de Ken no le ayudaba y que Hongbin se uniera a ellos en su locura era aún más genial, Leo en ciertos momentos se unía al desastre que hacían, jugando en el centro comercial con un piano que se instaló en el piso de una tienda de música, lanzando palomitas en el cine, e incluso atreviéndose a malgastar el dinero en una máquina tragamonedas para adquirir premios. Y para el mejor de los asuntos, que su hermana y la hermana de Hongbin se unieran creaba todo lo que él necesitaba en ese momento... Sentirse feliz. Pero ¿cuánto duraría esa felicidad? Quería pasar hasta el último minuto posible con su familia, pero también sabía a la perfección que debía pasarlo con ellos, era un nuevo debate que le mantenía dudoso ¿familia, o amistades?

-Hyuk, Ken y yo nos retiramos, ¿te veo en el dormitorio?

-Sí, Bin... Yo creo que iré más tarde, iré a cenar con mis papás.

-Que les vaya muy bien entonces, ¿Leo hyung irá contigo?

-Sí. –Sonrió discreto y recibió un revoltijo de cabello antes de un fuerte abrazo. –Nos vemos en la noche.

La amabilidad no se hacía esperar al momento en que ambas familias se despedían para cada una tomar su rumbo, la misma amabilidad que seguía de festejo, ahora, con copas de vino en el elegante restaurante del hotel donde se hospedaría su familia tan solo una noche antes de que regresaran a casa.

En aquella refinada mesa su padre lucía bastante bien, claro que con una copa de vino encima su severidad había desaparecido, su madre y su hermana nuevamente parecían ponerse a platicar de un asunto totalmente ajeno aunque en momentos todos conversaban sobre los lugares turísticos que más habían visitado, los ideales de pasar un día en la playa, hasta que como buenas mujeres, se marcharon de la mesa para ir al baño juntas... ¿Por qué hacían eso? ¿En qué consistía en ir al baño acompañadas? Nunca lograba entender eso y, ciertamente no quería saberlo por parte de ellas. Suspiró brevemente en lo que veía cómo los labios de Taekwoon eran humedecidos por el licor, por dentro se estremeció una vez más, no escuchaba y solo podía observar detenidamente cómo sonreía con discreción por una conversación superficial sobre uniformes escolares y cómo éstos establecían lo civilizado de las ciudades. ¿Qué cosas tan raras podía hacer su padre? Por favor, era su cumpleaños y ahí estaba sentado en una mesa más limpia que su dentadura, con las ganas de probar el licor de los labios de Leo y preguntándose qué rayos pasaba con su madre para que aún no regresara. Aburrido, lanzó como proyectil un guisante de las verduras de su plato al darle un golpe firme pero sutil con el índice de su diestra, haciéndose el desentendido al voltear a cualquier otra parte.
Al desviar su atención, prestó atención a un cuadro que adornaba la pared del restaurante, era un paisaje local en el nacimiento del anochecer, observó con atención la vegetación pintada de un guindo más morado que anaranjado, un color extraño que ya no estaba seguro si era oscuro o claro, con el reflejo de las luces de los autos en el pavimento empapado de lluvia, los efectos de dichas luces como si fueran serpentinas en movimiento. Creía haber visto ese lugar antes, pero no estaba seguro así que se incorporó para ir a apreciar la pieza de cerca, así como las pocas que adornaban cada cierta distancia esas paredes iluminadas a la perfección.

"Otoño. - Lee Hongbin" al leer el impreso, además de la firma y la palabra "Donativo" en una de las esquinas inferiores que se camuflaban en la fotografía sintió enloquecer ¿Era el mismo Lee Hongbin que conocía? De ser así ¿Por qué rayos estaba como donativo? Era una fotografía bastante buena como para ser obsequiada así sin más. Siguió observando, cuadro tras cuadro, ninguno otro tenía su nombre, así que volvió para apreciarlo unos segundos más, esto definitivamente debían saberlo todos, y procuró mantenerlo tan presente que para cuando regresara a su dormitorio, platicaría de ello toda la madrugada de ser posible, pero primero estaba en decirle a su familia, aprovechando ahora que su madre y su hermana ya estaban de regreso en la mesa.
-Entonces Taekwoon ¿Me dirás cómo vamos con el trato? -Escuchó decir a su padre, deteniendo sus pasos detrás de Leo, avanzando solo un poco más hasta quedar lo más cerca posible.
-Sí... De hecho, fui aceptado sin problema a los colegios que me recomendó, le agradezco por ello... Sin embargo mi año de prácticas universitarias las llevaré dentro del país, aunque recibí un correo por parte de un colegio de Edimburgo, pero en Londres la oferta de trabajo también es interesante.

El Examen FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora