Invierno. (Parte I)

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El trío de preparatorianos iba escaleras abajo hacia la entrada del edificio de los dormitorios, donde se encontraba Leo esperando por ellos, no tan alegre del todo, probablemente con un humor algo frustrado al tener que usar muletas por mes y medio debido a un accidente que tuvo durante un partido de soccer hacía una semana atrás, pero no por ello pensaría dejar los planes que habían preparado para esa noche buena de lado, pues a final de cuentas, ¿qué sería la amistad entre ellos cuatro si no se apoyaran incluso en esos malos momentos? Los planes habían cambiado un poco debido al incidente del mayor de los cuatro, pues a pesar de insistir en que estaba bien todos sabían que no lo estaba del todo. Su pequeño giro en ese día consistía en ir a comer y luego asistir al cine, nada fuera de lo normal, salvo el millar de parejas agarradas de la mano, los colores navideños, las luces que iluminaban la ciudad, las familias vacacionando, el poder de la mercadotecnia y el consumismo en entrado día 24 de diciembre, mientras ellos simplemente estaban ahí... En colores oscuros y sin regalos qué brindar; Ken hacía sus bromas absurdas, Hyuk y Hongbin reían como si no hubiese un mañana y Leo... Permanecía en silencio con sus muletas.

Las conversaciones que tenían en la mesa aquella tarde no iban a nada fuera de lo espectacular, cosas poco triviales y tan mundanas como los tenedores con que comían o las servilletas de papel con que se limpiaban la boca, soltando alguna que otra grosería secreta y Leo soltando alguna que otra patada bajo la mesa hacia quien tenía al frente, fuese Hyuk, así como en veces le lanzaba miradas silenciosas para que no abriera su boca de más cuando sentía peligrar los momentos vergonzosos que solo entre ellos se llegaron a conocer... Contradictoriamente al millar de anécdotas escolares que tanto Hongbin como Ken contaban sin cesar, al parecer, disfrutando tanto de recordar los viejos tiempos. En el intervalo de la comida al postre dos teléfonos móviles timbraron al unísono, los dos más jóvenes voltearon a ver al frente, Hongbin observaba a Ken confuso con el aparato en su mano, mientras Hyuk al frente veía cómo el rostro de Taekwoon se iluminaba, así, escuchándolos a ambos contestar al mismo tiempo, provocando que se miraran y sus emociones se encontraran contrastantemente, quedándose callados por lo que duraba sus llamadas, curiosa o casualmente, colgándolas también al mismo tiempo y permaneciendo en silencio los cuatro al ver que la mesera entregaba los postres.

-Era Hakyeon... Me deseó una feliz noche buena, navidad y esas cosa pero está... Ocupado, ya sabes. –Mencionó bajo, en secreto apenas para el menor de los presentes, frunciendo luego sus labios un momento, encogiéndose de hombros y llenándose la boca al instante con un gran bocado de pastel de chocolate con frambuesas y caramelo para no tener que hablar.

-¡Adivina quién era, Bin! ¿Te acuerdas de Wonsik? Se acordó de mí~ me saludaba por esto de la navidad, ah~ siento que hace mucho no hablábamos... Bueno, no mucho a decir verdad porque ahora que lo recuerdo ¿no te conté que cuando fui a Corea lo vi? Olvidé decirte eso en cuanto regresé... Estaba con su novio, ¿puedes creer que tenga novio? Yo lo creía tan heterosexual, pero bueno~ Es un chico muy lindo, moreno y con cachetes de hámster. -Imitó un gesto al inflar sus mejillas y fingir comer su funnel cake con fruta a prisas como dicho roedor.

-Jae, pero también tienes...

-Shh ¡SH! Estoy hablando, me contó que su novio es mayor que él, pero... Bueno, el caso con el novio de Wonsik es que cuando lo vi caminaba muy raro... Era, no sé... Bueno, sí sé. –Soltó una risa absurda y estúpida, conteniéndose un poco. –Era como un pingüino, con las piernas paralelamente tiesas y ni hablar de cuando intentó sentarse, era como si Wonsik se la hubiera~...

El gesto que Ken hizo con el índice de su diestra provocó en Leo que se ahogara, tosiera y escupiera a medias el té que estaba tomando en ese momento, pues al tener a Jaehwan sentado a su lado izquierdo escuchaba perfectamente la plática entre ellos dos y ¿sería demasiada la coincidencia para las llamadas y que el amigo al otro lado de la línea de él era un Wonsik con un novio mayor que él y de piel morena? No pudo creer el gesto que vio, lo que decía del caminar de Hakyeon... ¡No! ¿Era posible...? ¡N-O! Mil veces no.

El Examen FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora