Hyung malvado.

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-Ah~. –Berreó un momento al intentar abrir la puerta del baño y ésta se encontraba atascada. –Perdón. –Se disculpó por demás apenado, volviendo a la cama y quedarse tirado en la misma, boca abajo, ladeando el rostro y observando al escritorio que frecuentaba el contrario. Escuchar el agua de la regadera no le ayudaba a que sus ganas de orinar se fueran, buscando dormirse otra vez pero no podía, su vejiga iba a reventarse así que se llevó las manos entre las piernas y apretó los dedos de los pies mientras se enredaba en la cama, girando repetidas veces sobre la misma y se meneaba como lombriz. Chistó algo molesto cuando escuchó que tocaban a la puerta del dormitorio pero se levantó rápidamente en cuanto se percató que era la voz de su hyung. –Mande. –Mencionó asomándose por la puerta, sin querer mostrarle que tenía sus piernas entrecruzadas resistiendo al líquido que buscaba salir a como diera lugar.

-... ¿Qué te pasa? –Preguntó extrañado al verlo actuar de esa forma, tratando de ver al interior del dormitorio pero le era negado ese permiso.

-N-nada, ¿qué se te ofrece? –Trató de sonreír con naturalidad y se mordió el labio inferior, apretando la perilla de la puerta.

-Te traigo una copia de mi horario. –Extendió una carpeta para él, en el cual había un par de papeles, sin embargo seguía buscando ingresar al dormitorio, insistentemente a la fuerza. -¿Qué tramas? ¿Qué ocurre? ¿Por qué te ves tan raro? –Se cruzó de brazos un momento, empezando a escurrirse entre el pequeño espacio que Hyuk hacía con la puerta para luego empujarlo y quedarse adentro, observando el lugar.

Era la primera vez que estaba ahí y si bien, su primera impresión fue extraña por no llamarla incómoda, el menor se encontraba con un short tan holgado que se le resbalaba y podía verle el bóxer y una playera sin mangas, despeinado, con la cama revuelta. En la cama litera colgaba una prenda que parecía una camisa y al fondo del dormitorio se abrió una puerta de la cual salió un chico sin ropa superior, en bermudas, con el cabello mojado y una toalla que le colgaba de los hombros, tapándole el pecho; éste retrocedió asustado un paso y buscó cubrirse un poco mejor con la toalla, carraspeando su garganta y quedarse callado, sintiendo a Hyuk pasar volando a su lado, encerrándose en el baño y escuchar un gran grito de placer.

-Hi... Good morning. –Mencionó aún asustado, avanzando apenas un par de pasos más hacia la litera, quedándose parado cerca de su escritorio.

-Buen día. –Respondió a sabiendas que sabía podía hablar en coreano, sin dejar de verlo. -¿Tú eres su compañero de dormitorio, cierto?

-Sí. –Asintió despacio con la cabeza, jugando torpemente con sus dedos de las manos.

-Perdón, hyung... Quería ir al baño, no aguantaba más. –Se quedó viendo algo sorprendido a su compañero cuando se desocupó de sus necesidades, pues en lo que llevaba viviendo ahí con él no lo había visto andar de esa manera.

-¿Qué? –Preguntó nervioso, caminando a la litera para tomar su prenda limpia y quedarse mirándolos, sintiéndose por demás incómodo y volver al baño, deseando que la Tierra se lo comiera vivo.

-Qué raro~. –Murmuró mientras hacía un berrinche, rascándose la cabeza. –En fin, me decías... ¿Qué era esto? –Se acercó nuevamente, tomando ahora aquella carpeta de la mano que dejó tendida hace un momento, observando el horario de ese silencioso chico, sentándose en su cama mientras prestaba atención a las áreas donde estaría. -¿Tan lleno tienes el horario?... No comprendo por qué has decidido meterte a soccer si ni siquiera hemos empezado las clases, Taekwoon.

-Porque quiero... Y Hyuk, vístete por favor.

-Pero no ando desnudo~.

-Te veo el bóxer, cámbiate. –Observó fijo a la puerta del baño cuando ésta se abrió, observando a ese chico salir ahora totalmente vestido. Se cruzó de brazos y se recargó contra la puerta, en momentos veía a Hyuk guardando el horario y su berrinche al estar buscando ropa cual ponerse.

El Examen FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora