Capítulo 2.

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Mi corazón se detiene de golpe.

Quizás Amber tenía razón, quizás yo tenía que quitarme las vendas de los ojos, pedirle perdón a Niall y luego... luego seguir con mi aburrida rutina hasta morir. ¿Eso era lo que yo quería? ¡Por supuesto que sí! Entonces ¿sabes lo que hice la mañana siguiente del hermoso discurso de mi mejor amiga? Me levanté, con la cabeza dándome fuertes punzadas de dolor y tomé una fuerte taza de café puro, luego de que la resaca fuera disminuyendo de un 100% a un 99% decidí que era hora de levantar mi trasero e ir a por Niall. Cogí las llaves del auto de Madison, la muy desgraciada tenia auto y yo no y eso que aún no pasaba su examen de conducir. Con la barbilla en alto, y el pecho inflado como un pavo real, encendí el motor. Mas tarde me di cuenta que aún estaba en pijama y aun tenia mis pantuflas de panda. Con un gran bufido volví a bajarme, maldiciendo a los pandas de mis pies. Cuando volví más decente al auto, suspiré sintiéndome un poco menos valiente. Pero aun así, le di marcha al vehículo.

Mientras conducía por la autopista de Los Ángeles, y daba vueltas con el auto solo para hacer tiempo, pensé: Iré junto a Niall y le diré algo así como: ¡Toda ha sido una farsa! ¡Fue culpa del mayordomo! Sí, sí, así como en las pelis con todo el drama que te hace comer las uñas de los pies incluso. ¿Y cómo olvidar la música? ¡Chan, chan, chan! Vale, no iba pasar así, pero no me culpen, aun seguía con la resaca que estaba entre los 98 y 99%.

Luego de estar más cerca de la casa de Niall Horan, mi conciencia me habló, o tal vez era Dios, uno nunca sabe. Entonces Dios me dijo: Vaya, que valiente y honesta eres, hija mía. Puede que no vayas al infierno. Y yo le había respondido: Oh, gracias. En realidad no sé de donde quite esta valentía... la verdad yo no soy de esas personas que... Y él me interrumpió: ¡Los ojos en la carretera, maldita idiota!

Bien, tal vez no era Dios el que hablaba.

De cualquier forma, luego de la pequeña charla con mi locura, el pánico que no había sentido llego a mí. Como esos sentimientos que te golpean de repente, como una ola fría contra tus tobillos, y cierras los ojos, sintiendo el impacto.

Llamémosla "mi pequeña yo" esa pequeña estúpida niña que está dentro de mí, esa que no me permite decir lo que pienso por miedo al rechazo. Mi pequeña yo, que había estado escondida debajo de mis pensamientos, apareció son sus grandes ojos temerosos y sus pupilas mirando por todas partes. Ella susurró, con un balbuceo: ¿Qué se supone que le dirás? ¿Qué se supone que harás cuando lo tengas en frente? ¿Qué ocurre si se ríe de ti? ¿Y si Tiffany lo ha manipulado y ahora él te odia con toda su alma? ¿Y si...?

Mi pequeña yo hubiera seguido incitándome a huir, pero una bocina me quito de mis pensamientos. Aun cuando no recordaba muchas cosas de la noche pasada, sabía que había llamado a Niall, aun podía sentir los besos de Harry, y recordaba los ojos llenos de sentimientos de Amber, diciéndome cosas sobre lo cobarde que era y que tenía que solucionar eso.

Sin saber qué hacer, y con los sentimientos en guerra, y el pánico siendo el ganador de la batalla, detuve el auto. Observé la casa que tenía frente a mí, ni tan grande ni tan chica, con una puerta doble, un hermoso jardín y ventanas con cortinas que bailaban con el viento. No era la casa de Niall, pero me sorprendió verme a mí misma apagando el motor y bajando del auto. Sin vacilar ni un segundo, mi dedo tocó el timbre una sola vez. Lo primero que vi es un gato, que maullaba con recelo, el gato y yo nos miramos unos segundos hasta que él volteo sus ojos leopardos hacia otro lugar, como si estuviera incómodo. El chico no tardó en aparecer, en tan solo unos jeans azules y sin camiseta, pude ver sus tatuajes por todo su pecho, su cabello se encontraba revuelto y sus mejillas tenían marcas de sábana. Sus verdes ojos se encontraron con los míos, al igual que paso con el gato, pero él no aparto la vista.

My boyfriend is famous » horan.Where stories live. Discover now