Capítulo XXX

29.1K 1.3K 1.8K
                                    


Este capítulo es bien denso, de solo escribirlo terminé agotada emocionalmente.
También les quiero pedir disculpas si encuentran faltas de ortografía, es un capítulo que escribí contra el tiempo en los pocos ratos libres. Así que cualquier dedazo, es por eso.

¡Disfrutenlo!

...

XXX

Roger me agarró fuerte por el brazo hasta encontrar un refugio entre la intersección de dos pasillos.

Las explosiones eran cada vez más fuertes, mi cabeza no comprendía nada. Hacía un instante estaba en mi cama, desnuda y con Maxon a punto de...

Sentí una rara sensación mezcla de pánico, nervios y humillación.

Algo hizo que se remeciera el suelo, escuché gritos por todos lados. Caí al tropezar con el vestido mal amarrado, Valiant se arrojó sobre mí cuando un estallido cruzó por encima de nosotros. Roger rodó por el suelo. Grité y me cubrí la cabeza con las manos.

—¿Qué es esto?

—¡Sureños! —exclamó Valiant—. ¡Estaban ocultos en el jardín! — Con una fuerza impresionante me levantó por la cintura y me obligó a correr, Roger se levantó con la misma rapidez, se volteó de espaldas a nosotros y comenzó a disparar.

—¡Corran, corran! ¡El refugio está al fondo! —gritó.

Estaba completamente perdida. Los gritos de terror llegaban de todos lados.
Justo al final del pasillo había una ventana, había gente corriendo por el jardín, fuego por todos lados y... ¿esos eran cuerpos?

Me llevé una mano a la boca y aguanté un grito.

Miré hacia atrás pero no vi a Roger por ningún lado, sin embargo se seguían escuchando los disparos, así que significaba que seguía con vida.

Cuando Valiant encontró el refugio se abrió una puerta rectangular tras un cuadro que tenía el óleo de una mujer saltando de un acantilado. Antes de entrar me detuve colocando las manos a ambos costados de la abertura y me giré. Nos miramos un momento.

Solo ahí mi cordura, que se había mantenido muerta mientras sucedía aquel encuentro con Maxon, me recordó detalle por detalle todo lo que había sucedido hacía unas horas.

—Perdóname...—susurré lastimosa. Me sonrió con cariño y besó mi mejilla.

—Lo mantendré con vida —dijo con determinación—. Ahora, ¡ocúltate!

Me empujó adentro y la puerta se cerró.

—¡No, espera! —grité. Pero de pronto me encontré sola, en medio de un sótano oscuro que apenas era alumbrado por una ampolleta en el techo. A un rincón había dos camas montadas una sobre la otra, un estante pequeño con comida y un baño.

No se escuchaba nada. ¿Qué había sucedido? ¿Cómo? ¿Acaso estaba planificado? Por supuesto que sí... ¡Idiota!

Todos los soldados estaban en el jardín, todo el personal, el rey estaba en el salón rodeado de gente importante.

¿Y si los habían matado a todos?

Me abracé a mí misma. En los últimos ataques no había estado sola. Era desolador. No había ningún solo ruido que penetrara las paredes, no tenía cómo saber qué estaba ocurriendo afuera.

Me miré en un pequeño espejo sobre el lavatorio que estaba empotrado a la pared, apenas había logrado colocarme bien el vestido. El sujetador estaba mal amarrado, las mangas se habían enredado, el cierre estaba a la mitad y no había logrado calzarme los zapatos.

La Única (COMPLETA)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ