Capítulo VI

32.8K 1.9K 2.1K
                                    

Finalmente aquí está el esperado capítulo de Maxon.
Estoy tratando de darle una evolución más intensa al personaje, así que prepárense.
...

VI

MAXON POV

4 MESES DESPUÉS
(De la salida de America)

Di otra vuelta más y me detuve. Me pasé la mano por la cabeza y volví a dar otra vuelta, impaciente.

Quedaban treinta minutos para reunirme con Kriss en los jardines, miré el reloj de mi mano y farfullé deteniéndome frente a la ventana de mi habitación. Mi madre daba su paseo matutino en compañía de sus doncellas, sonreí con ternura. Anoté mentalmente invitarla a almorzar un día, los dos solos. Necesitaba de sus consejos.

Miré el reloj otra vez.

—¿Dónde diablos está?

Crucé los brazos observando a mamá alejarse por los jardines desapareciendo detrás de un seto. Comencé a golpear el suelo con el pie. Hasta que finalmente sentí golpes en la puerta que conectaba mi habitación con la de Kriss.

Corrí rápidamente y la abrí con fuerza. Agarré a mi invitada por el brazo y tire de ella hacia dentro cerrando la puerta.

—¿Dónde te habías metido? ¡Tengo que reunirme con Kriss en media hora! —exclamé. Marlee me miró con calma y se cruzó de brazos.

—¡Hola! ¿Qué tal tu día? ¡El mío ha estado magnifico! ¡Gracias por preguntar! —dijo con sarcasmo. Me apreté el tabique.

—Lo lamento, estoy ansioso...

—Todas las semanas es lo mismo —suspiró. Ingresó hasta el centro de la habitación y se sentó en uno de los sillones de golpe. El nivel de confianza que habíamos ganado con el pasar de los meses era suficientemente alto como para que se moviera por mi habitación como si fuera la suya—. No puedo escabullirme cada vez que llamas, si Kriss me descubre, o alguien ajeno a los que saben que sigo aquí en el palacio me ven, estaré en problemas, y tú también.

—Sí, sí, disculpa, es que no lo aguanto... —jadeé acercándome a ella—. Necesito novedades.

Marlee rodó los ojos y extrajo de un bolsillo que tenía su delantal una revista enrollada.

—No es mucho, un poco de lo mismo —suspiró. Me extendió la revista y me la puso en las manos. Me senté frente a ella y miré la portada.

—¡No! —estallé enojado. Lancé la revista al suelo y me puse de pie—. ¿Es que no puede aparecer solo con Nicoletta? ¿Tiene que estar con...con ése? —pregunté frustrado. Noté que Marlee escondía una sonrisa bajo su mano—. ¡No te rías!

—No me río —mintió, pero no se aguantó y comenzó a carcajearse.

—¡Marlee! ¡Creí que éramos amigos!

—¡Y lo somos! —siguió riendo—. ¿Por eso no puedo reírme de ti? ¡Mírate! ¡Eres un mar de nervios solo por tener novedades de America! Muy bien, ahí están. ¿Algo más?

Señaló la revista. En la portada aparecía América, aún más hermosa de lo que recordaba. Llevaba un vestido veraniego y sujetaba un sombrero de playa con una mano mientras que con el otro brazo se sostenía de Philippo Volutto, el príncipe italiano. Ambos se miraban sonrientes, como si él le hubiese contado algo gracioso. El fotógrafo los había descubierto saliendo de un hotel del lujo en pleno Montecarlo. Sentí mi cara arder, apreté los puños. Necesitaba golpear a alguien con urgencia.

—¡Pero si es un imbécil! ¿Qué hace con él del brazo? —pregunté sofocado, Marlee alzó una ceja.

—¿Qué hace? ¡Probablemente disfrutando de las maravillosas playas del mediterráneo! —dijo entusiasmada, la miré de reojo—. ¿Qué quieres que te conteste? Ya te he dicho mil veces que entre ellos no pasa nada, pero si prefieres creer en una imagen antes que en la información oficial...

La Única (COMPLETA)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu