Capítulo XXIV

35.9K 1.5K 1.2K
                                    

Pequeña Nota previa:

Este capítulo sucede paralelo al de Maxon.
Cuando America despierta Maxon está trabajando en el palacio y ya discutió con Celeste. Aún no ha sucedido la reunión con Valiant ni con Marlee.
Este capítulo está dividido en dos días. Temporalmente la primera parte de este capítulo sucede antes de que Maxon hable con todos.

Y también espero que recuerden que esta historia es un Fanfiction y no el libro original.
Ningún fanfiction se apega 100% al argumento real. Lo que he hecho aquí es, como expliqué en el primer capítulo, lo que siempre quise leer en los libros.
Más madurez, más rudeza, más problemas emocionales, más enfrentamientos y empoderamiento por parte de los personajes.
Por otro lado, lamentablemente me tengo que apegar al canon y seguir una línea argumentativa siendo que podría llevar la historia por otro lado.
Y por eso hay un final alternativo que también podrán leer en mi perfil.

...

XXIV

No soñé nada y si lo hice, no lo recuerdo.
Seguía sintiendo el cuerpo y la cabeza pesados. Respiré hondo. Me invadió un perfume que no conocía mezclado con comida.
Mi estómago dio una sacudida y me invadió una ola de asco. Me llevé la mano a la boca y controlé mi respiración aún sin abrir los ojos. Tenía la cabeza hundida sobre una mullida almohada y los cobertores se sentían suaves y cálidos.
Abrí los ojos lentamente. Escuché movimiento, pero aún no enfocaba bien.

-Oh, genial. Finalmente despiertas -dijo una voz amigable. ¿Quién era?

Volví a cerrar los ojos y moví la cabeza. Algo húmedo cayó a mi nariz. Llevé una mano a la cara y quité un trapo mojado.

-Déjalo un rato más, órdenes de Mera -escuché. No sabía quién era pero esa voz la había escuchado varias veces. Me reacomodó el paño en la frente y lo sentí situarse a los pies de la cama.

-¿Quién...?-susurré. No tenía siquiera fuerzas para abrir los ojos. Oí un suspiro.

-Carter...-dijo. Creí que lo había imaginado, entonces logré abrir los ojos. La cortina estaba cerrada así que entraba poca luz a la habitación. No tenía cómo saber qué hora era.

-¿Carter...?-A pesar de estar levemente consciente mi imaginación armó el peor de los escenarios. Intenté sentarme pero él lo impidió-. ¿Marlee? ¿Le sucedió algo a Marlee?

-¿Qué? ¡No! -parecía divertido, pero de inmediato sentí que con sus manos intentaba contenerme para que no me moviera-. Debes quedarte quieta. Sufriste un desvanecimiento y tienes fiebre. Llevas dormida ocho horas, son casi las seis de la tarde -explicó, abrí los ojos con fuerza-. Marlee ya no puede seguir ayudando con la comida así que lo haré yo mientras Paige se recupera de sus quemaduras.

-¿Qué... qué le ocurrió?... ¿a Marlee?

Intenté mantener los ojos abiertos hasta que finalmente mi visión comenzó a estabilizarse. Y con ello también vino el dolor de músculos, de huesos, de cabeza y todo lo demás.

-Nada, por suerte -dijo con un tono de voz extraño-. ¿Cómo te sientes?

Respiré hondo.

-Me duele todo...-jadeé. Suspiró-. ¿De verdad estuve todo el día desmayada?

-Bienvenida al mundo de los soldados -parecía que lo quería decir como chiste pero había cierta lamentación en sus palabras-. Suele suceder después de un gran impacto.

No quería pensar en lo que implicaban.

-¿Dónde está Marlee? -pregunté preocupada para hablar de otra cosa. Cuando finalmente logré enfocarlo noté numerosas heridas en sus mejillas, manos y brazos. Me sonrió con pesadumbre.

La Única (COMPLETA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum