Capítulo XIX

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Este es el primer capítulo que hago desde el punto de vista de Kriss.
Si creyeron que sería fácil de leer, bueno, no lo será.
No tenía planeado hacer ningún capítulo que no fuera desde el punto de vista de Maxon o America, pero finalmente consideré buena idea plantear esta perspectiva, así como lectores quedan un paso por delante de los personajes.
A partir de ahora ustedes sabrán más que ellos. Y, espero cambiar un poco la idea que tenían sobre Kriss.

Veamos qué pasa...
¡Disfrútenlo!

...

XIX

KRISS

No pude ir a mi habitación. No quería volver, quería salir de ahí. Necesitaba escapar de ahí...

Así que corrí hacia la biblioteca del ala éste.
Cuando abrí las puertas avancé hasta el fondo, pasando a través de las largas mesas que nadie ocupaba y zigzagueando por entre los enormes estantes que enfilaban uno tras otros con libros que ya nadie leía.

Al final del pasillo dos estantes cerraban el paso y armaban un hueco contra la pared. Me escondí ahí y caí al suelo escondiendo la cabeza entre las piernas.

¿En qué momento me metí en algo así? ¿Cómo podía escapar?

¿Cómo podía hacer que Maxon terminara conmigo?
Nunca le había hecho una escena pero cuando lo descubrí molesto por la cercanía entre America y uno de sus soldados vi la oportunidad.
Traté de ser convincente, al menos tenía algo de dolor acumulado para poder llorar. Pero no había dado resultado.
Esperé que se enojara conmigo, y no lo hizo.

¿Qué rayos estaba esperando? ¿Por qué no terminaba el compromiso y ya?

Suspiré y hundí aún más la cabeza. No había dormido nada los últimos días, estaba agotada.

La biblioteca quedaba suficientemente alta como para que el ruido del jardín se elevara hacia las ventanas que estaban alrededor. La risa de los niños me causó ternura. Junté fuerzas y respiré hondo.
Tenía que volver. Yo era la anfitriona.

Me levanté del suelo y apoyé en la pared. Respiré varias veces hasta calmar la ansiedad. Apreté los puños y los solté. Finalmente me calmé.

Salí de la biblioteca y bajé hasta el jardín.

...

El sol de la tarde se comenzaba a ocultar detrás del bosque al oeste. Las niñas que habían estado toda la mañana jugando con coronas de flores ahora llevaban capas a sus espaldas como si fueran super heroínas. Los niños jugaban fútbol al otro extremo.
Me acerqué hasta la reina y Silvia. Les hice una reverencia.

—¿Dónde estabas? —me cuestionó Silvia, sonreí lo más dulcemente que pude.

—También tengo necesidades Silvia —bajé la voz—. Estaba en el baño.

Pareció incomodarse y asintió balanceando la cabeza.

—El evento es un éxito, los directores están realmente satisfechos. Los niños han tenido un día estupendo. Bien hecho —me felicitó. Asentí.

—Es cierto querida —sonrió la reina—. Hacía muchos años que el palacio no se llenaba de colores, realmente fue un evento magnifico. Lamento que Clarkson se lo haya perdido.

Forcé mi sonrisa.

—Es el rey, tenía cosas más importantes que hacer, supongo.

—Por supuesto —asintió Silvia—. Como buen soberano debe velar por el bienestar de la nación. Un evento infantil es mucha distracción.

La Única (COMPLETA)Where stories live. Discover now