Cielo
Sereno.
Tranquilo.
Relajante.
Así se siente el ambiente a mi alrededor. No se en donde estoy, solo sé que ya no siento ese peso tan grande en mi corazón. Sé que estoy en algún lugar, el calor del sol me da en el rostro y escucho la brisa soplar por una ventana.
– Cariño.
Escucho que me llaman, ¿será eso cierto?
– Cielo, abre los ojos.
No puede ser cierto, esa voz no puede ser la de mi madre.
Acaricia mi rostro y se siente tan cálido, como si nunca se hubiera ido. Eso hace que abra los ojos y me quedo un poco confusa. Estoy en una habitación, pero no cualquier habitación. Es la mía, cuando era pequeña.
Y enfrente de mí sentada en la cama, está mi madre. Tal y como la recuerdo.
– ¿Mamá? – digo asombrada – ¿Acaso estoy soñando?
Me sonríe. Me he vuelto loca, completamente loca.
– Cariño, todo está bien. Tu estas bien – le creo, porque solo verla y tenerla es lo único que me importa, me da un fuerte abrazo y se siente tan bien.
Escucho la brisa a través de la ventana y giro en esa dirección. Veo una silueta y al acercarme tengo a mi padre recargado en el balcón. Se ve tan guapo como siempre, al voltear me ve y sonríe.
– Hola mi niña.
– Papá – digo y corro a abrazarlo, si estoy soñando no quisiera despertar – Los he extrañado tanto.
Tengo a mis padres conmigo, están aquí pero...
¿Por qué esto no se siente bien?
– Cariño, ¿estás bien? – pregunta mi madre.
– Te ves triste – dice mi padre.
– Los extraño demasiado, tal vez ya no tanto como antes. Pero ahí está ese sentimiento de todos modos – digo viéndolos.
– Nosotros igual mi niña – dice mi padre abrazando a mi madre.
– Estoy feliz – digo sonriendo – Y a la vez un poco triste.
– ¿Por qué cariño? – mi madre se ve confundida.
Los miro con tanto amor, que siento que mi corazón va a explotar.
– Porque esto no es real...
No dicen nada, solo me miran y se acercan a tomarme en brazos.
– No Cielo, esto no es del todo real – habla mi padre.
– ¿Dónde estoy?
– En el limbo hija – esta vez es mi madre.
Estoy confundida y no se realmente lo que quieren decirme.
– No comprendo.
Me siento perdida y a la vez todo en orden.
– Tienes que despertar – dice mi madre.
¿Despertar?
– ¿Estoy dormida? – los miro esperando una respuesta. Me sonríen un poco pero se ven afligidos.
– Algo así mi niña – dice mi padre – Tienes que despertar.
No entiendo.
– ¿Despertar de donde? – los miro suplicante.
– Del coma Cielo – mi madre lo dice con tanto pesar – Tienes que despertar.
¿Coma?, ¿estoy en coma?
– ¿Cómo es eso posible?
– Tuviste una fuerte crisis nerviosa, prácticamente tu cerebro se apagó – la veo y no lo creo – Tienes que despertar ya.
¿Ya?
¿Cuánto tiempo me he mantenido así?
– ¿Cuánto?
– Un mes – habla mi padre.
– ¿He estado en coma por un mes? – escucho nerviosismo en mi voz.
¿Tanto tiempo? No siento que haya pasado un mes, se siente como si fueran minutos.
– No se que hacer – digo un poco asustada. No sé qué ha pasado.
– Tienes que hacerlo cariño, a menos que quieras quedarte – dice mi madre y al decir esas palabras no se ve tan feliz.
– ¿No puedo estar con ustedes?.
Sonríen con cariño.
– Claro que si mi niña, solo que no es tu momento – mi padre toma mi mano y da un pequeño apretón.
Quiero llorar, no se que hacer, ¿qué debo hacer?
¿Quiero estar con ellos?
¿Qué pasa con mi vida?
– Siempre nos tendrás Cielo, siempre – mi madre tan dulce – Hay gente que te necesita con vida.
Y es ahí cuando siento un sudor frío.
Nicolas.
Tengo que volver, ¿pero como?
– Mamá. Papá. ¿Qué hago? – necesito ayuda.
– Despierta cariño, trata de despertar – mi madre habla tan seria que siento una especie de energía renovada.
Tengo que hacerlo, debo hacerlo.
Tengo que despertar.
Y de repente, siento como me lanzan al cuarto de la inconsistencia.
Tan ligera.
Y después... nada.
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Completamente Mía
RomanceEsta es la historia de Cielo Ward una chica sencilla llena de carisma y que disfruta de los que más ama, pero muy pronto la vida le enseñará que no todo siempre es bueno y que hay que luchar y atravesar los obstáculos impuestos por el destino. Acomp...