Cielo
Estoy en la sala viendo la televisión para no aburrirme pero al parecer es inevitable.
Han pasado tres días desde que ocurrió ese "problemita" con Nicolas y cada vez que me topo con él corro lo más pronto posible.
Me dirijo a la cocina por algo de beber, en cuanto abro la puerta veo a Nicolas asomado en el refrigerador.
Creo que siente mi presencia por que levanta la mirada y posa su vista en mi.
¡Huye!
Doy media vuelta para regresar a mi sitio, pero su voz me detiene.
– Espera, ¿porque corres? – siento que se va acercando.
Por inercia doy un paso hacia atrás pero su mano toma con firmeza mi brazo adentrándome más a la cocina.
– ¿Qué es lo que te pasa?, cada vez que me ves huyes de mí, ¿porque lo haces? – dice esto último un poco molesto.
Si supiera que me pone nerviosa a un grado de no poder controlar mi cuerpo se burlaría.
– Por nada – digo lo más convincente que puedo – En serio no es nada de qué preocuparse.
En eso trato de dar vuelta e irme.
Pero sabiendo lo suertuda que soy no se me es posible.
Nicolas toma mi brazo de vuelta pero arrinconándome entre el refrigerador y su duro pecho.
– No saldrás de esta cocina hasta que me digas que es lo que te pasa – dice mirándome intensamente a los ojos.
Trato de zafarme pero lo único que consigo es que ría un poco.
– Cariño deja de moverte, te lastimaras – dice aun con su agarre.
– Nicolas, suéltame por favor – en este momento estoy un poco enojada – Mi tío puede entrar y vernos.
Una sonrisa se va formando en su rostro, y deja ver una hilera de dientes blancos.
– Tu tío salió hace como quince minutos, y dijo que no regresaría en una hora – dice muy tranquilo.
Mientras yo entro en pánico.
Estoy sola con él, y lo estaré por toda una hora.
– Habla – lo dice muy cerca de mi rostro.
No te pongas nerviosa.
– No es nada, solamente que me pones un poco nerviosa, y tenía tiempo sin sentirme de esa manera – digo sin mirarlo a los ojos.
Levanta mi barbilla un poco y con ello una sonrisa en su rostro.
– También me gustas – dice muy contento.
– Yo no dije eso – digo a la defensiva.
– ¿Estás segura? – dice acercando su rostro al mío.
Sus labios están tan cerca de los míos, he sentido muchas ganas de volver a probarlos. Pero se que no debo, me perderé completamente en él, así que trato de empujarlo.
Me deja hacerlo y siento como me da más espacio para poder respirar con normalidad.
Pero gran error Cielo.
Ahora sus ojos están llenos de ira y parece como si en cualquier momento se me fuera a lanzar.
Apenas doy un paso hacia la puerta, siento como me aprisiona contra la primera pared que encuentra.
– ¿Por qué me alejas? – dice y puedo observar frustración en su tono.
– ¿Por qué insistes tanto?, pareces un cavernícola y no soy nada tuyo – digo ya molesta.
Lo que hace a continuación me deja sorprendida.
Toma mis piernas y hace que las enrede en su cintura, su cuerpo queda aún más pegado al mío en esta posición.
Y no puedo evitar jadear por el arrebato.
– No se que pasa por esa cabeza tuya, pero esto que sucede entre nosotros no me lo estoy imaginando – dice esto a escasos centímetros de mi rostro.
No se como pero reúno la poca valentía que me queda, ya que en cualquier momento voy a ceder a este hombre tan impulsivo.
Me acercó aún más a su rostro para mostrar que no me intimida, y en un susurro casi inaudible digo.
– No somos nada.
Veo fuego en su mirada y un atisbo de dolor.
Sin dejar de verme a los ojos borra todo rastro de emoción.
– Pues entonces cariño, voy a hacer que me necesites tanto que no vas a poder alejarte de mí – siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal ante sus palabras – Serás mía Cielo eso tenlo por seguro.
Estampa su boca con la mía y suelto un pequeño gemido al sentir su lengua, sus manos van recorriendo desde mis mejillas a mis piernas.
No puedo más y mis manos pican por tocarlo, así que me lanzo a tomarlo por el cabello. Lo traigo más hacia mi y empuja su pelvis con la mía.
Se escucha un gemido y creo que esa fui yo.
– Cariño – lo dice con sus manos en mi trasero y con la respiración acelerada – Sigue así, me vuelves loco.
– Ya me tienes loca a mi – digo con un poco de dificultad – Así que sigue o no sales vivo de aquí – me restriego contra él para sentir su gran erección.
– Mierda... Cielo – un ronco gemido sale de su boca y es atrapado por la mía.
Me siento embriagada con este hombre, siento mi cuerpo cada vez más caliente y lo quiero a él.
No se que me pasa y no me importa, solo quiero...
– ¿Hola?
Me detengo en seco al escuchar la voz de mi tío.
– Mi tío – digo en un susurro a Nicolas.
Quien me mira y se ve molesto.
Bajo de un brinco de él, pero trata de tomarme de nuevo.
Pero soy rápida y no lo logra.
– Cielo ven aquí – lo dice tan tranquilo pero sé que está apretando la mandíbula.
– No.
Es lo único que digo, y es cuando mi tío entra en la cocina.
– Oh aquí están, pensé que no había nadie – se acerca para saludarme y le doy un gran abrazo. Se aleja y saluda a Nicolas con un apretón de manos.
Este último está que echa humo.
– Nicolas te ves molesto, ¿una mala mañana?
Me mira y por un momento pienso que le dirá que hemos estado apunto de hacerlo en su cocina.
– Si un poco, nada que un café y una ducha fría no alivie – dice esto último saliendo de la cocina.
Suelto un gran suspiro y me acerco a mi tío.
– ¿Café? – me pregunta
– Claro – sonrío
– Cariño, casi lo olvido... alguien vendrá a verte hoy – dice sonriendo.
Lo miro sin entender.
– ¿A si? ¿Quién vendrá? – pregunto aceptando la taza de café que me ofrece.
– Carson... – dice y siento las manos temblar.
¿Qué?
YOU ARE READING
Completamente Mía
RomanceEsta es la historia de Cielo Ward una chica sencilla llena de carisma y que disfruta de los que más ama, pero muy pronto la vida le enseñará que no todo siempre es bueno y que hay que luchar y atravesar los obstáculos impuestos por el destino. Acomp...