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Harry seguía sentado en aquella silla de su oficina, observando atentamente el anillo que sostenía con dos dedos. James le había dejado.

-¿Señor?- levantó la mirada a Aileen

-No...no me hables de trabajo- le pidió éste

-No iba a hacerlo-susurró ella despacio –Somos amigos ¿verdad?- le preguntó tímidamente. Harry asintió devolviendo la vista al anillo cuando el timbre del elevador volvió a sonar. Ninguno dijo nada cuando Fabián apareció. Éste miró a su amigo y se estremeció.

-¿Estás contento?- le preguntó enfadado

-¿Alguno sabe dónde está?- preguntó ignorándolo. Era de tarde y hace dos días no sabía nada de James. Su vuelo salía en menos de ocho horas y debía hablar con James antes de irse.

-No lo sé- dijo Fabián –Pero aunque lo hiciera, no te lo diría- le dijo y Harry explotó.

-¡¿Cómo te atreves siquiera a llamarte mi amigo?!- le preguntó -¡Lo amo, como nunca te amé!- le gritó y se arrepintió al instante –Lo siento...-

-No importa- murmuró el otro claramente herido –Sé que no signifiqué demasiado para ti, pero también sé que James no significa para ti mucho más de lo que yo, tus acciones demuestran eso-

-Lo amo...-dijo de nuevo Harry

-Lo amas pero sigues pensando solo en ti- intervino Aileen. Fabián le hubiera dicho lo mismo pero con palabras más fuertes y dolorosas.

-Es...es una oportunidad para la empresa. ¿Por qué no lo ven?- les preguntó. Ellos eran quienes estuvieron a su lado más tiempo, saben lo que significa la empresa para él y esa oportunidad es algo que él no puede rechazar –Esto es...-

-¡estúpido!- intervinieron ambos –Es estúpido que pongas esta estúpida empresa sobre ti, sobre tus sentimientos... ¡Sobre James!- Aileen comenzó a alzar la voz y Fabián retrocedió un paso -¡Reacciona por el amor de Dios! ¡Es James, Harry!-

Le gritó 

»Es la persona que estuvo a tu lado estos tres meses, quien te tatuó en su pecho, en su piel, quien fue a buscar a Rusia sin perder las esperanzas... ¡es quien daría la vida por ti!- el pecho de la muchacha se achicó y comenzó a llorar -¿Por qué tienes que poner...la empresa sobre él? ¡Eso no es amor!- le acusó –Tú...dices que lo amas, que no podrías vivir sin él...pero al hacer esto lo estás enviando lejos de ti, te estás yendo Harry-

Aileen dejó la oficina y corrió a las escaleras de emergencia, la forma más rápida de salir de ahí. Ambos se quedaron en silencio, sorprendidos por ser la primera vez que la veían así.

-Lo siento amigo...-le dijo Fabián interrumpiéndolo cuando abrió la boca –Estás solo en esto Harry- le dijo Fabián mostrándole las palmas de las manos y yéndose también.

Observó frustrado el anillo en su palma y la cerró apretándolo con fuerza. Amaba a James y no quería perderlo.


A pesar de James sabía que no sería fácil, no creyó que sería tan difícil. Llevaba acostado desde la mañana, tenía el teléfono celular desarmado a su lado y un paquete vacío de pañuelos desechables.

-Qué extraño ¿no?- murmuró apretando más la almohada a su pecho.

-¿Qué cosa?- preguntó Nicolás aun concentrado en la pantalla de su teléfono

Ríndete ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora