17

12.6K 1K 68
                                    

Ninguno de los dos dijo nada más. James seguía mirando el suelo y Harry simplemente estaba a punto de estallar. ¿Se había apurado demasiado en pedirle aquello? Sinceramente, no se arrepentía. Le había pedido algo que nunca le pidió a nadie, que nunca pensara pedirle a nadie. James significaba mucho para él y simplemente quería poder concretar algo entre ambos.

-Deberíamos...- Harry intentó hablar pero James le interrumpió rápidamente

-No quiero que...lo siento, yo...-

-No quiero que te sientas presionado- le digo Harry arreglándose la ropa –No te diré que fue un impulso por que no fue así, realmente me encantaría que intentáramos vivir juntos...quisiera que intentáramos vivir como pareja- se sinceró –pero debes pensarlo, no quiero presionarte- le digo nuevamente y salió de esa oficina yendo a la suya.

James se quedó a medio vestir y no sabía qué demonios debía hacer. Ir a vivir con Harry...sonaba increíble pero tenía miedo. Estaba instalado ahí en su pecho. No sabía si sería buena idea, aquello podría estropear lo que sea que su relación fuera. Era un gran paso y no sabía si estaba listo para darlo.

La sensación de los besos de Harry aún permanecía sobre los labios de James en cuanto éste cruzó frente a su oficina yendo a su casa. Eso le hacía recordarle cada vez más y no poder pensar con claridad.

Nunca había deseado con tanta intensidad que su papá estuviera a su lado. Estuviera ahí para aconsejarle qué hacer. ¿Qué le diría si le preguntara? ¿Que si vaya a vivir con Harry? ¿Qué sea feliz y deje de preocuparse? ¿Qué dejara de crear estúpidas historias en su cabeza?

Era un completo idiota y quería morir por eso. Harry era prácticamente el único que estaba a su lado, era el único a quien tenía, y lo quería, tanto que su pecho dolía al pensar en él. Por el simple hecho de que su cabeza no lo creía. Cada vez que Harry le decía lo que sentía su cabeza lo rechazaba completamente, a pesar de que su corazón saltaba de alegría. No podía confiar y eso le daba ganas de gritar.

Cuando se preparó para ir a casa pensó en Aileen, ¿Qué le diría ella? Quería llamarle y preguntarle, pedirle consejos pero no estaba seguro de si era algo que podía compartir con ella. Eran amigos y toda la cosa, pero Harry seguía siendo el dueño de la empresa, seguía siendo su jefe y por muy debajo de todo eso era su amante. No quería arriesgarse a que a ella se le escapara la cosa con alguien más y la voz corriera. Podría perjudicar a Harry y era lo último que deseaba.

En ese momento y en ese tema, estaba solo. A no ser que llame a un extraño y le pregunte pero el extraño no entendería. Necesitaba hablar con alguien, pero no había nadie con quien hablar.

Cuando llegó a su casa, solo se fue a acostar, estaba cansado y quería dormir. El silencio en toda la casa le abrumaba y le molestaba impidiéndole conciliar el sueño. Estaba demasiado silencioso, la habitación estaba demasiado fría y la cama era demasiado grande para él solo. Se sentía solo y quería llorar por eso.

Desde que su papa falleció había llorado todas las noches, la soledad le invadía siempre y lo extrañaba, pero en ese momento lloraba por otro motivo. Porque tenía la posibilidad de no volver a dormir solo, de no sentirse así de nuevo, pero no dijo nada, no le dio ninguna respuesta a Harry y se sentía estúpido por haber deseado decirle que sí.

Desde que Harry apareció en su vida se había sentido completo y feliz, habían peleado sí, le había odiado también pero aun así, Harry era importante para él. De pronto le dio miedo pensar en que le estaba perdiendo, que quizás Harry ya no actuaría con él de la misma manera, que quizás estaba perdiendo al amor de su vida, y todo por sus inseguridades.

Harry Raimond había tenido un pasado, sí, al igual que todo el mundo. Pero era el pasado, Harry no le había fallado ni una sola vez desde que lo conoció y aun así dudaba de sus sentimientos. ¿Podía ser más estúpido?

Ríndete ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora