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Harry seguía leyendo unos papeles en su oficina y James ya no sabía que hacer. Hacían dos horas desde que terminó de leer un libro de negocios que halló en la biblioteca de Harry y se había aburrido demasiado, ya ni siquiera encontraba interesante su teléfono. Miraba a todos lados en busca de algo con qué entretenerse pero nada.

Buscó la hora en su pantalla y ya pasaban las seis de la tarde. ¿Qué podría hacer?

Vio la notebook sobre uno de los muebles y sonrió. Podría encontrar algo interesante ahí. Además, Harry nunca llevaba esa al trabajo lo que quería decir que era personal. Quizás podría ver algunas fotos suyas y matar el tiempo.

Se sentó en el sofá y encendió la máquina. No tenía contraseña y eso hizo todo más fácil. Habían tres carpetas en el escritorio, cada una con un nombre distinto. Ares, Zeus, Apolo.

James iba a abrir la primera carpeta cuando se detuvo viendo el nombre de Ares. Quizás no debería mirar aquellas carpetas. Después de todo sería invadir la privacidad de Harry.

Le dio doble clic y dentro habían varias carpetas de nuevo con fechas, todas eran de dos años atrás. Trago saliva y abrió la primera. Estaba mal, pero se prometió solo ver la primera carpeta.

Dentro había un video. Lo miró detenidamente y creyó que era pornografía. Dio clic sobre el mismo y el video cubrió toda la pantalla. Tragó fuerte al ver la oficina de Harry, la perspectiva era desde una esquina y no había nadie en la habitación. Se quedó mirando con detenimiento.

De golpe aparecieron dos personas claramente devorándose la boca y James frunció el ceño. No alcanzaba a ver sus rostros pero podía entender qué sucedía ahí. El que dominaba la situación se inclinó y James solo pudo confirmar lo que tanto temía, más bien lo que su interior ya sabía y no quería aceptar. Era Harry. Vio el tiempo y recién iba el primer minuto de los dieciocho que duraba el video.

Cerró el video y fue atrás. Las fechas correspondían todas a dos años atrás.

Entró en la carpeta Zeus y se le cortó la respiración al ver que la ultima fecha correspondía a ese año. Había sido solo en enero. Abrió la carpeta y pero el video no sucedía en su oficina, sucedía en su cuarto, y de pronto James se sintió enfermo. Su estómago dio vueltas y se sintió mareado.

Cerro la pestaña con rapidez y abrió la carpeta  Apolo, solo habían dos videos dentro. No tenían fecha así que abrió ambos. Las lágrimas brotaron de sus ojos al verse a sí mismo en la pantalla. Siendo follado por Harry en la oficina. Aquella primera vez…cerró la pestaña y abrió el otro video con la mano temblorosa.

-Maldito…-susurro conteniendo el llanto. No era él. No era él quien estaba en el video, era alguien más en el cuarto con Harry. ¡No era él!

Cerró la pantalla apagando la notebook y la dejó a un lado. Respiró profundo intentando regular su respiración pero era imposible. Se sentía furioso, y decepcionado.

Subió corriendo las escaleras y entró al cuarto de Harry sintiéndose enfermo de estar ahí dentro. ¿A cuantos hombres había llevado ahí? ¿Cuántos habrán gemido de la manera que él lo hizo en esa cama? ¿A cuántos habrá jurado amor mientras los follaba y filmaba?

Se secó las lágrimas y cogió el bolsón con el que había llegado. Por suerte aún tenía sus cosas dentro y solo tuvo que cerrarlo y guardar su teléfono para estar listo para marcharse de ahí. Estaba decidido hasta que salió del cuarto encontrándose con Harry y su mirada confundida.

No supo que decir. No sabía qué decirle, las imágenes suyas aún se reproducían en su mente…una y otra vez…era enfermizo y quería gritar porque Marco le había avisado. Y se odiaba por recordar a Marco en ese momento, pero también se odiaba por no haberle hecho caso y nunca caer en las manos de Harry Raimond.

Ríndete ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora