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-¿Cómo sigue?- James se sentó frente al escritorio de Harry y se inclinó hasta quedar con la cabeza sobre las manos en la mesa, le miró fijamente y pudo adivinar que no durmió casi nada. Harry le miró y sonrió.

-Él está mejor, gracias por preguntar- se quedó apoyado en sus codos y también observó al menor -¿Listo para lo que tenemos que hacer?- James asintió respirando profundo y le pasó una carpeta. Harry la abrió y observó el contenido, era la carpeta que Aileen le había dado el día anterior y en ella estaba el lugar y la hora que dispuso Lara para el encuentro, la leyó detenidamente y sonrió 

-Está loco- dijo James y Harry asintió de acuerdo. 

 ¿En serio esperaba que James fuera a su departamento? ¿Solo? Dios, en serio que tenía ganas de golpearle.

-Te enviaré a tu correo el lugar, la hora puede mantenerse- le dijo cerrando la carpeta y James asintió levantándose. Le dio una última mirada a su novio y luego fue a su oficina, al lado.

Harry comenzó a teclear y analizó varias cosas durante varios y largos minutos hasta que por fin envió el correo a James, quien sorprendido se le quedó mirando a través del vidrio que los separaba. Se levantó despacio y caminó hasta su oficina de nuevo, antes de que dijera nada Harry se levantó, se acercó y le besó.

-Te amo- le dijo y el otro se quedó confundido y aún sorprendido.

-¿Estás loco Harry Raimond?- le preguntó mirando hacia arriba buscando al mirada del otro – ¿Perdiste un tornillo o...necesitas toda la ferretería?-

-No seas exagerado- le dijo sonriente

-¿Exagerado? Pretendes hacer la reunión en tu casa ¿Y yo estoy exagerando?- le pregunta alzando la voz, Harry se inclina de nuevo y besa sus labios aún más fuerte que antes

-Tengo dolor de cabeza amor- susurra –No grites- le pide y se funde en un abrazo. Lo necesitaba, se sentía débil y triste, por varios motivos y el principal era que había fallado en su propuesta.

James correspondió al abrazo y se quedó observando con la mirada perdída, aún le parecía una locura lo que Harry planeaba pero...como le había dicho el día anterior, era Lara quien se encontraba contra la espada y la pared, no podía ser él quien pusiera las condiciones.

-Bien, iré a hablar con él- pronunció James y de pronto sintió a Harry demasiado pesado, se movió un poco y le miró -¿es en serio?- le preguntó aun sabiendo que no tendría respuesta. Harry se había dormido. ¡Parado! Definitivamente estaba cansado para dormirse de esa manera –Harry...Harry- le llamó y el otro abrió los ojos balanceándose un poco, James lo tomó de la mano y lo llevó al sofá donde lo obligó a acostarse –No tienes nada agendado para hoy. Descansa y yo te despierto para el almuerzo-le indico y Harry asintió acomodándose. No estaba con ánimos para protestar, había pasado la noche en el hospital y regreso alrededor de las cuatro de la madrugada a su casa, durmió como hora y media y luego tuvo que volver a trabajar.

James se quedó observando el correo que Harry le había enviado, explicaba con palabras bastantes elocuentes que el lugar de reunión sería en la dirección dada más abajo, que sería en el mismo horario y que por motivos de seguridad él estaría acompañado de dos guardaespaldas. Le agradecía su amabilidad de haberse tomado el tiempo de buscar un sitio para la reunión pero que no sería posible hacerla ahí.

Bufó y copió todo a un nuevo correo arreglando la firma por una suya ya que en todos los correos de Harry viene automáticamente la suya, y se la envió a Lara. No sabía si aceptaría y esperaba que lo hiciera porque osino debería cumplir su promesa y enviar la información a los medios lo cual desataría una guerra sin duda.

Ríndete ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora