Destinos Entrelazados

Bridgitte (Cuarta parte)

~Las trampas que nos depara el destino~

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El día de la fiesta de compromiso del matrimonio con Allegra estaba cerca y yo tenía un feo presentimiento, Bridgitte de un tiempo para acá había estado extrañamente alejada de mí y aquello me ponía los pelos de punta, varias veces intente hablar con ella pero siempre se escudaba detrás de Claude, y el idiota se la llevaba lejos de mí; no podía aguantar más la situación así que simplemente un día la secuestré al terminar la universidad.

-¡¡Agreste!! ¡¡Bájame!!-

Yo no dije nada más y la mire, la sentí estremecerse en mi hombro y no dijo nada más, llegamos al auto y el chofer me vio un poco nervioso por el aura asesina que desprendía.

-Llegaré tarde, tomate el resto del día libre-

-S-si señor-

Deje a Bridgitte en el asiento del copiloto y antes de que escapara, cerré la puerta y yo me subí y asegure las puertas, alcancé a escuchar sus quejidos en susurros, pero al poco tiempo Bridgitte dejo de refunfuñar, debo admitir que se veía preciosa con el ceño fruncido y las mejillas sonrojadas por el enojo.

-No me imaginaba que sabías conducir-

-Es indispensable aprender, no pensarías que era solo un niño mimado siendo llevado por mama ganso a todas partes-

-Ehhh Si lo pensé-

-Me ofendes Brid-

Ella rio por lo bajo y seguí conduciendo, saliendo de la ciudad y el verde de los campos poco a poco se iba imponiendo a la vista, después de haber salido por completo de la ciudad me detuve a un lado del camino.

-¿Por qué me trajiste hasta aquí?-

-Porque aquí nadie nos va a interrumpir, y tú no vas a huir más.-

Bridgitte se tensó y su mirada se fue a un lado, sin querer verme a la cara, estaba completamente nerviosa, yo me salí del auto y tome a Bridgitte de la mano para que también saliera, caminamos un buen rato hasta llegar a una pequeña colina, donde se encontraba un gran árbol, era relajante estar allí y yo iba de vez en cuando a buscar algo de paz, La paz que tanto buscaba en mi vida la terminé encontrando al lado de la chica más ruidosa que pude haberme topado en la vida. Camine hacia ella y la tomé de la barbilla haciendo que me mirara.

-Que es lo que sucede Bridgitte.-

-N-nada-

-Está bien... no nos iremos de aquí hasta que me contestes, te conozco enana, se que te estás rompiendo el coco con algo-

-No es cierto-

-Si lo es, ¿quieres jugar a la adivinanza? Está bien, juguemos...-

-No...-

La había callado con un beso, uno por cada respuesta incorrecta.

-¿Es algo de la universidad?-

-No.- Primer beso.

-¿Es sobre lo que debes en el alquiler de tu departamento?

-¿Cómo sabes...?- Segundo Beso y esta vez más largo que el anterior.

-¿El par de gramos que subiste este mes?

-Idiot....- Tercer Beso, me encanta molestarla.

-Es sobre mí... y mi compromiso- Esto lo dije más como una afirmación.