Recuerdos de días más felices.

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Los minutos pasaban sin que ninguno de los dos dijera nada, limitándonos a quedarnos abrazados en silencio. Me di la vuelta hacia él, para mirarle a la cara, y descubrí que el guardián se había dormido. Sus párpados cubrían los ojos dorados que tanto me gustaban, y su torso se movía con suavidad a causa de su tranquila respiración. Parecía tan en calma, que no quise despertarle. Me quedé despierta junto a él, simplemente sintiendo su calor y dejando a mi mente vagar. Se avecinaban unos días ajetreados, porque teníamos que estudiar pero también encontrar a Sam. Seguía sin entender como Elektra, que siempre era tan sensanta, había accecido sin poner pegas al plan de Frankie de encontralo y contarle toda la verdad. ¿Qué pasaría si intentaba atacarla? ¿Como reaccionaría Frankie? ¿Y si nos pillaban los demás cazadores? Había demasiadas cosas que podían salir mal... Suspiré pesadamente, cerrando los ojos en un gesto de resignación. Como bien había dicho Fran cuando me lo contó, en estos días más que nunca teníamos que apoyarnos las unas a las otras. Sacudí la cabeza, intentando alejar todo aquello de mi mente, y acurrucándome contra el pecho desnudo de Steph. Él se removió en sueños, emitiendo un suave quejido que me hizo sonreír. Insipiré profundamente, cerrando los ojos y durmiéndome casi al instante.

" La pastelería de Mo era un lugar que siempre me había gustado. Tenía las paredes pintadas de rosa y azul, ambos claros, que daban al local luminosidad y un aspecto acogedor. El aire siempre olía a café y a dulce, con unas notas de chocolate. Era el sitio perfecto para irse a tomar una taza de chocolante caliente, sentado al lado de la ventana viendo llover, con un buen libro y una de las magdalenas de la banshee. .-Selene, ¿qué quieres tomar tú hoy?-. me preguntó desde detrás del mostrador. Cuando la miré a la cara, se me escapó una risa traviesa, pues la pelirroja llevaba toda la nariz manchada de harina. .-Límpiate anda, que pareces una yonkie-. le dije bromeando mientras ella se apresuba a retirar la mancha blanca con los bajos de su delantall floreado. .- Eres tonta-. me dijo riendo. .-Lo sé, pero me quieres-. eché un rápido vistazo a los postres expuestos, aunque sabía desde un principio lo que iba a pedir. .-Un muffin de chocolate y fresa, como siempre-. le dije relamiendome de antemano. .-¿Has probado alguna de las otras opciones?-. dijo con ironía, porque aquel "como siempre" era literal. Cogió uno de los muffins con unas pinzasy lo metió en una bolsa de papel antes de dármelo.. .-Pues no lo tengo muy claro-. repliqué divertida, dejando el importe exacto sobre su mano. Malorie puso los ojos en blanco, con una sonrisa curvando sus labios, y me hizo un gesto para que me fuera. .-Ve a sentarte con las demás anda, que ahora voy yo."

Me desperté de golpe, incorporándome como si algo me hubiera asustado, examinando la habitación antes de descartar el peligro y volver a caer en la cama. Respiré profundamente, volviendo a cerrar los ojos en un intento de frenar las lágrimas que luchaban por salir. Todo había sido un sueño, un recuerdo de días más felices. Inspiré varias veces lentamente, hasta que conseguí reprimir las lárgimas, y volví a abrir los ojos. Me costó unos segundos darme cuenta de que Steph no estaba a mi lado, ni tampoco su ropa. No habría sido capaz de irse y dejarme allí arriba... ¿No?. Me envolví en la sábana, puesto que seguía desnuda y no conseguí localizar mi túnica. .-¿Steph?-. pregunté caminando hacia la puerta de la cabaña. .-Estoy aquí-. me contestó desde fuera. Fui hacia el exterior, descubriendo que estaba en la plataforma sentado. Me quedé unos momentos apoyada en el marco de la puerta, observando al guardián desde atrás. Su pelo rubio, ligeramente largo y ondulado, su espalda ancha y fuerte a causa de los entrenamientos, los tatuajes de sus brazos, que se movían cada vez que lo hacían sus músculos. Suspiré, y me acerqué hasta él, dejando en su mejilla un beso que lo hizo sonreír. .-¿Me estás haciendo la cena?-. pregunté sorprendida cuando vi dos platos, con sus 2 cubiertos, llenos de comida sobre la madera. .-Bueno... Para ser justos, me he escapado un momentito a buscarla. Pensé en usar el fuego para cocinar algo, no creas... Pero no me pareció la mejor idea del mundo teniendo en cuenta donde estamos-. dijo divertido, alzando brevemente los hombros. .-Ya... podríamos haber quemado esto tan bonito que has hecho-. dije con el mismo tono, sentándome en frente de él. .-Pero, aunque hayas hecho un poco de trampa, me sigue pareciendo un detallazo-. dije regalándole una sonrisa. Él se quedó mirándome igual, pero casi de inmediato frunció el ceño. .-¿Ha pasado algo? Tienes los ojos... como un poco rojos y llorosos-. preguntó con cautela. Yo me envolví mejor en la sábana, bajando la mirada. .-He soñado con la pastelería de Mo-. revelé con un hilillo de voz.

.-Pelirroja...-. se levantó de inmediato, sentándose a mi lado y rodeándome con sus brazos torneados. Yo me dejé consolar, refugiándome en aquel abrazo, en su pecho. .-He soñado que estábamos las 5 allí.... Y yo me pedía el muffin de siempre...-. le conté empezando a sollozar. .-No me puedo creer que se haya ido Steph, simplemente no puedo-. él me abrazó con más fuerza, besándo con ternura mi pelo. .- Se que duele, Selene, yo también me siento roto... Pero tenemos que ser fuertes por ellos, por todos los que han muerto, tenemos que ser fuertes y hacerles frente a los cazadadores, hacerles saber que no  pueden atacar un Aquelarre de brujas e irse de rositas. Somos más poderosos que ellos, pelirroja-. me dijo, haciendo una pequeña pausa antes de continuar .- Y se van a arrepentir de lo que han hecho-. 

Sus palabras deberían haberme hecho sentir mejor, pero solo podía pensar en el tal Sam, en como su muerte acabaría por romper a Frankie. Pero, si queríamos conseguir dar con él vivo, ni el americano ni ninguno de los guardianes podían sospechar nada. .-Lo sé, lo sé.- musité, saliendo del refugio de sus brazos.
 .- Bueno, ¿Cenamos?-.

Academia MiolnirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora