Una intromisión nocturna y... otra sorpresa al despertar.

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Con un gesto fluido y el orgullo impreso en sus ojos grisáceos, Ele deshizo la barrera eléctrica, que desapareció frente a nuestros ojos estupefactos. -¡Menuda pasada¡- gritó Fran, todavía con la mueca de sorpresa en su rostro. .-Anda, cerrad la boca que os van a entrar moscas, novatas-. replicó ella divertida mientras volvía a ocupar su sitio bajo el árbol. .-Que sepas Sel, que eso también lo puedes hacer con fuego. No desintegra las cosas, pero... es una buena barrera contra los enemigos-.  Una vez más, la avanzada Elektra nos había sorprendido a todas con su dominio de la electricidad, terriblemente torpe según ella.

.-Ha estado genial veros a todas chicas, pero... ¿no deberíamos irnos a dormir?-. dijo Maddie después de que Ele se sentara. .-Si, la verdad es que si mañana queremos levantarnos un poco temprano y estar descansadas para la fogata... deberíamos-. Todas remoloneamos un poco bajo el roble, antes de levantarnos perezosamente y abandonar el pequeño jardín. En todo el recorrido  solo nos cruzamos con dos alumnos, y uno de ellos saliendo de los retretes. Subimos lenta y silenciosamente las escaleras hasta llegar al pasillo de las habitaciones, donde seguimos el ritual de despedida nocturna cada vez que una de nosotras alcanzaba su dormitorio. .-Hasta mañana Ele-. dije con voz somnolienta, dejando un beso en la mejilla de la escocesa antes de meterme dentro de mi cuarto.

Me deshice rápidamente de la pesada túnica escarlata, dejándola sobre la silla, lista para ponérmela la mañana siguiente. Fui hacia el armario y cogí de él la camisola negra estampada con las fases lunares que usaba como pijama. Antes de meterme entre las suaves mantas de mi cama, solté un largo suspiro , y me hice un ovillo con la cabeza apoyada en la almohada. Nada más cerrar los ojos, mi respiración acompasada delató que ya estaba dormida.

Toc,Toc. Unos golpecitos en...¿La puerta? Abrí un ojo aún medio dormida, sin saber muy bien si lo había soñado. Cuando volví a cerrarlo, otros tres golpecitos me confirmaron que aquello no era sueño. Mi reloj con manecillas luminiscentes marcaba las tres de la mañana, por lo que me levanté de la cama con muy mal genio. ¿Pero quién demonios vendría a mi cuarto a esas horas? Frankie no, desde luego ella habría atravesado la pared. Abrí la puerta, frotándome el ojo derecho... .-Buenas noches, pelirroja-. No me lo podía creer. .-¿Steph? Por dios son las tres de la mañana... ¿Qué ocurre?.- El se alzó de hombros y, por supuesto, esbozó su socarrona sonrisa. .-Bueno, lo cierto es que estaba en mi cama intentando conciliar el sueño..-. dio un paso hacia mi, mirándome fijamente con sus hipnóticos ojos dorados .-Y de repente algo en mi me ha dicho que tenía que venir a dormir contigo, y eso estoy haciendo.- explicó, como si fuera lo mas obvio y normal del mundo. No se si fue el sueño o lo desconcertada que me quedé con esa respuesta, pero el caso es que me hice a un lado, dejando que el guardián entrara en mi habitación y cerrara la puerta de la misma. 

Caminé de vuelta a mi cama, guiándome en la oscuridad de una habitación que conocía a la perfección... pero no podía decir lo mismo de Steph. Antes de llegar a mi cama, tropezó con la silla, la mesa y casi con el armario, ante lo cual yo no puede evitar reír. .- No te rías de mi, pelirroja-. me dijo en tono molesto mientras se hacía un hueco entre mis sábanas. Me pegué lo que pude contra la pared, para que el americano no cayese del colchón. De pronto, una de sus manos buscó mi cara en la oscuridad, palpándola hasta que dio con mis labios, dibujando su contorno con el dedo índice. Tan solo aquel contacto ya consiguió ponerme los pelos de punta, y cuando fueron sus labios y no su mano lo que rozó los míos, las pulsaciones de mi corazón se aceleraron sin remedio. El sueño que sentía minutos atrás se evaporó como por arte de magia con el beso, lento y dulce, del guardián. Instintivamente, y mientras nuestros labios se acariciaban con suavidad, pegué mi cuerpo a él, sintiendo el calor que desprendía. .-Buenas noches, rubiales.-susurré entre sus labios antes de romper el beso y acurrucarme en su pecho  con los ojos cerrados. Era tan extraño... Yo nunca confiaba en los desconocidos, y muy a mi pesar él aún lo era, pero... entre sus brazos me sentía tan segura como no me había sentido en muchos años. Él suspiró largamente, y noté como acomodaba la cabeza sobre mi almohada.           .-Buenas noches pelirroja-. con el sueño que ambos teníamos, nos quedamos dormidos casi al instante.

.-Venga, despierta perez...¡joder!-. ¿eh? ¿que ocurría? Me desperté de un bote, asustada por aquella intromisión repentina en mi cuarto. .-Dios Fran, cuantas veces te he dicho que uses la maldita puerta.- contesté con voz somnolienta cuando vi a mi amiga al lado de la pared. Me froté ligeramente los ojos, y la miré de nuevo. ¿Por que tenía esa cara de incredulidad? Oh...mierda. Cerré los ojos esperando que hubiese soñado lo de que había dormido con el guardián, pero en cuanto giré ligeramente la cabeza y abrí los ojos... Allí estaba, mirando a Frankie con su inalterable sonrisa.               .-Esto... creo que yo mejor me voy -. dijo sin poder ocultar la diversión que teñía su voz. Se inclinó sobre mí, besándome con suavidad. Estoy segura de que fue solo para provocar a mi amiga, pero el caso es que se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta, parándose frente a Fran. .- Un Buenos Días habría estado mejor. Bonito árbol, por cierto-. dijo refiriéndose al símbolo de alumno de Tierra de la túnica de Fran. Después recorrió los pocos pasos que quedaban hasta llegar a la puerta y salió al pasillo, marchándose dignamente de la habitación.

Los ojos de Fran, que habían seguido la trayectoria del centinela, se volvieron hacia mi, inquisitivos.      .-Selene Altair Derderián...-. .-Fran, que no hemos hecho nada, solo dormir.- la corté antes de que empezara con lo que seguro que habría sido una buena bronca. .-No podía dormir y vino a preguntarme si podía quedarse conmigo... Y yo estaba demasiado adormilada para decirle que no.- le expliqué mientras yo también me levantaba de la cama. Fui hacia el lavabo para lavarme la cara y espabilarme un poco, así como también para peinar mi rebelde cabello pelirrojo. .-¿Me puedes pasar la túnica?.- le dije a mi amiga, quien estaba bastante enfadada y me la tiró, pero a la cara. -.¡EEH! ¿Pero se pude saber que te pasa?.- le pregunté molesta al tiempo que cambiaba la camisola de dormir por la prenda reglamentaria escarlata. .-Verás cuando se enteren las demás, Maddie estará muy contenta... pero Elektra te mata-.


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