ESPECIAL | Thomas Thompson

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Desperté cuando sentí unas manitos en mi boca, por un momento creí que era Blake pero luego recordé dos cosas: Blake no tenia manos tan pequeñas y aunque las tuviera, mi boca no sería su lugar preferido para ponerlas, maldito pervertido.

—Blake —me quejé sin abrir mis ojos— Tiene hambre.

No recibí respuesta, Blake era un maldito tronco si de dormir se trataba.

—Thompson —dije más fuerte— ¡Blake Benjamin!

—¿Uno no puede orinar en paz? —dijo mi novio saliendo del baño— Oh, Thomas despertó.

Blake de acercó a nosotros y tomó a Thomas para hacerle caras raras y graciosas, saqué mi celular e hice un snapchat para luego dejarlo en mi mesa de noche.

—Tenemos hambre —declaré.

—Que yo sepa tus manos están en perfecto estado dijo Blake colocando una mano en su cadera como toda una diva mientras que con la otra sostenía a Thomas.

—Lo están —miré mis manos— Pero me la debes.

—¿Por qué?

—Yo limpié la casa cuando Alex y Travis vinieron a ver el partido.

—¿Qué iba a saber yo que Alex vomitaría?

—No sé ni me importa, Blake —me levanté de la cama y le quité a Thomas— Se me antoja tocino ¿qué dices bebé?

Thomas rió dejando ver sus dos dientes delanteros y aplaudió, sonreí y acaricié mi nariz con la suya. Blake rió y me dio una nalgada para luego salir de la habitación a hacernos desayuno.

—¡Ustedes me tratan como una mucama! —gritó mi novio desde la cocina.

—¡Ve el lado bueno, eres una mucama sexy!

Me coloqué un suéter y salí de la habitación. Blake y yo nos habíamos mudado a un departamento en Los Ángeles, debíamos estar aquí por el trabajo de Blake. Siendo sincera, extrañaba a montones Massachusetts.

—¡Diablos! —gritó Blake saltando en su lugar, se agachó y recogió uno de los legos de Thomas— Es la tercera vez que me clavo uno de estos.

Sonreí —Sabes que no es su intención.

Blake se acercó a nosotros y miró al niño —¿Tú me odias?

—¡Alex!

Me reí y Blake hizo una facepalm —No Thomas, por quinta vez, Alex tiene barba.

Saqué mi teléfono y le mostré a mi hijo mi protector de pantalla, en ella salíamos Alex, Travis y yo. Thomas tomó el teléfono y rió para luego gritar —¡Blake!

—Me estás jodiendo... —Blake tomó al niño en brazos— Eres un tarado.

—Son gemelos, idiota ¿qué esperas?

—Dylan y Cole Sprouse también y puedes reconocerlos perfectamente.

—No puedes compararte con semejantes bombones, hombre.

Blake rodó los ojos y volvió a concentrarse en Thomas —No quiero que dejes tus jueguetes tirados ¿sí?

Thomas asintió y lo abrazó —Papi.

Golpe duro para Blake.

Ambos vivíamos con Thomas desde hace un año pero él jamás se enteró de la verdadera historia de mi embarazo. Me daba pánico decirle, siempre que tomaba el valor, Blake me decía que prefería no hablar del idiota que me dejó embarazada.

Twins© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora