24. Día de acción de gracias

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24. Día de acción de gracias

—¡Feliz día de acción de gracias! —chilló mi familia luego de abrir la puerta de mi habitación.

Había despertado hace cinco minutos, aún estaba con mi pijama y con baba seca en mi barbilla, Peter seguía durmiendo y ojalá no despertase, para ahorrarme el incómodo momento. Por último, mi cabello estaba hecho un asco.

—Savannah ¿por qué aún sigues en pijama? —preguntó mamá molesta. 

—¿Por qué están en mi habitación a las ocho de la mañana?

—¿Por qué hay un chico en esa cama? —preguntó papá mientras su mejillas se ponían rojas de la furia.

—¿Por qué Newt tiene un parche en el ojo?

—¡Mamá, dijiste que no se notaba! —lloriqueó mi hermano.

—Silencio Newton.

[...]

Me vestí —por orden de mi mamá— con un vestido burdeo, unos zapatos negros y mi pelo recogido en una trenza espiga al lado derecho. Al menos podía decir que el internado no había sido en vano, ahora podía caminar en tacones sin parecer un maldito venado recién nacido.

Resulta que con todo lo que pasaba en mi adolescencia últimamente, había olvidado por completo la tradicional cena de acción de gracias de la familia Anderson.

No era mala, después de todo siempre terminaba en una guerra de comida entre Newt, Seth y yo.

Y en un colapso por parte de mamá.

Ah, recuerdos.

—Te ves hermosa —me halagó mamá cuando salí del baño, ella estaba usando un vestido negro similar al mío. Lo unico diferente era el corte del cuello— Me recuerdas a mi a tu edad.

¿Ego? ¿Dónde?

—Muero de hambre —me quejé sobando mi pancita.

—Paciencia, tenemos que esperar a nuestros invitados y también a que tus hermanos se vistan y...

—Mami —la llamó Seth desde la puerta de mi habitación.

La imagen era divertida y adorable. Mi hermanito se había puesto el traje de papá, el que le quedaba extremadamente grande. La corbata tocaba el suelo, la camisa era tan grande que le quedaba hasta un poco más arriba de las rodillas, los pantalones eran largos y Seth se tropezaba cada vez que caminaba.

Tan chiquito y tan zoquete.

—Santo dios, Avani, ayuda a Newt —me ordenó mientras tomaba a Seth en brazos y se lo llevaba.

Hace tiempo había aprendido algo: era mejor no discutir con mamá. Ya que no importaba lo convincente y lógico de tus argumentos, ella siempre tendrá uno mejor. O simplemente me atacará con un "porque yo soy la mamá y tú la hija".

Golpeé tres veces la puerta —Newt, ¿estás desnudo o puedo pasar?

—Adelante —respondió, abrí la puerta y sonreí mientras veía a Newt pelear con el nudo de su corbata— Maldita sea...

—Ven aquí —me burlé mientras veía a mi hermano ahorcarse con su propia corbata— Para llamarte Newton, no eres nada inteligente.

—Lo dice la chica que se robó un pingüino del zoológico para ver si volaban —contraatacó, apreté más el nudo de su corbata— ¡Hija de...

—¡NEWTON!gritó mamá desde la habitación del lado.

—¡TÚ A LO TUYO SOFÍA! —le respondió mi hermano.

Twins© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora