38. Un muy mal día

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38, Un muy mal día.

—¡Savannah, despierta maldita puerca! —gritó mamá desde la primera planta.

Gruñí y limpié la baba seca que tenía en el labio. Tomé el teléfono que estaba en mi mesa de noche y vi la hora, medio día, nunca me despertaban tan temprano. Salí de la cama, me coloqué las pantuflas y sonreí al recordar la noche en la que fui con ellas a buscar a Blake a Cave's.

Salí de mi habitación y de inmediato, Seth se colgó de mí. Sonreí y tomé a mi hermano en brazos.

—¿Sabes por qué nos despertó tan temprano? —pregunté y mi hermano negó con la cabeza— ¿Dónde está Newt?

Seth hizo un aro con su mano y luego lo movió de arriba abajo.

—¿Manuela? —pregunté y el asintió— Qué asco.

Bajamos los últimos escalones y llegamos a la sala. El señor Thompson estaba sentado junto con mamá. Cuando me sintieron llegar, ambos se giraron a verme. Mamá se fue con Seth a la cocina y yo me quedé solas con el.

—¿Qué... qué necesita? —pregunté incomoda

—Escucha, lo diré rápido y sin rodeos —dijo el hombre— Hablé con el director de Princeton sobre tu beca, estaría dispuesto a dártela ya que conoce a tu padre y también a Blake, pero no puede esperar un año.

—Pero... mi viaje...

—Lo siento linda, si quieres asistir a Princeton deberás partir este año —sentenció mientras se levantaba del sofá— Salúdame a tu padre y despídeme de tu mamá.

Asentí mientras lo veía alejarse, antes de salir por la puerta se volteó y me dijo —Deberías llamar a Blake.

A penas salió, corrí hasta mi habitación para tomar mi teléfono. Antes de desalojar el internado, Blake y yo acordamos hacer el año sabático junto con Alex, Travis y Harper. Pero ahora, el plan de estar juntos otro año se veía frustrado.

—¿Aló? —preguntó mi novio con la voz algo adormilada

—¿Blake?

—¿Quién más si no?

—Wow, tu voz se parece mucho a la de Alex cuando estás semi dormido.

—Nena, somos gemelos, no sé que esperas —contestó y lo sentí acomodarse— ¿Mi papá habló contigo?

—Ajá

—¿Y qué piensas hacer? —preguntó

—No lo sé —murmuré y ambos nos quedamos en silencio por un tiempo— ¿Puedes venir a mi casa?

—Huh, no lo creo bebé, estoy cuidando a mi prima —respondió— ¿Qué tal si vienes tu?

—Ok, te veo entonces.

—Ok.

Corté la llamada y me levanté pero al hacerlo, llevé mis sabanas conmigo y en enredé con ellas haciendo que cayera directo al suelo. Murmuré una palabrota y me levanté corriendo hacia el baño.

Twins© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora