Analicemos la situación.

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Sophie POV;

- Tenemos que hacer algo. - Mi voz suena ligeramente ronca por el llanto, pero firme como nunca antes había sonado. - Hay que pedirle una misión a Quirón.

Nico parece ligeramente alarmado.

- ¿Y quiénes irían, Sophie? Solo nosotros dos no va a ser de mucha utilidad.

No titubeo. No es momento para ello.

- Pues se lo pediré a Jason, y si él tampoco quiere, a Percy y Annabeth.

Las facciones de Nico se ensombrecen ligeramente. Sabe que Jason vendría conmigo aunque él se negara.

- ¿Y qué pretendes hacer en la misión? No tenemos nada. - Añade recostándose contra la pared de la cabaña.

Pero se equivoca.

- ¡Tenemos mucho! Tenemos el pergamino, el medallón, y el 4A... No puede ser muy difícil sacar un punto de partida de ello. Se han iniciado misiones con menos.

- Sophie, no creo que...

-¿Es qué no lo entiendes? - le corto - Todo está en mi mente. Solo tengo que recordar. Y se que esto tiene algo que ver con lo que le pasó a mi madre y  mi hermana.

Siento como si un nudo se me hubiera aflojado en el pecho al identificar por fin la horrible sensación que tenía desde que vi el medallón. Sé que esto tiene que ver con su muerte.

Con el ataque. Con los recuerdos de los que me protege mi mente.

- No sabía que tuvieses una hermana...

- Y yo trato de no pensar en que la tuve.

Nico se sienta a mi lado en la cama. Apoyo la cabeza en su hombro, y le miro a los ojos.

- Llevo toda mi vida cargando con el peso de sus muertes, Nico. De no haber podido salvarlas. ¿Recuerdas aquella noche que me desperté gritando? ¿Y la siguiente?

Aquella noche Nico se había levantado para ir a su cabaña a por algo que no recuerdo. En cuanto se fue las pesadillas volvieron y a los pocos minutos me desperté gritando y con lágrimas en los ojos.

La siguiente noche pasó lo mismo. Nico no se volvió a atrever a levantarse de la cama por la noche. Él mantiene a raya las pesadillas.

Asiente. Claro que lo recuerda.

- Cada vez que intento contar lo que pasó... Siento que un recuerdo feliz desaparece. Mi memoria se cierra. Solo puedo recordar en los sueños.

- Es algo horrible. Siento la explosión que siguió a la tormenta mas violenta que soy capaz de recordar. No había rayos. Los truenos vibraban con una potencia capaz de rompernos los tímpanos. El viento aullaba tanto que se le podía oír con total claridad, advirtiéndonos, susurrando y gritando con su voz desacompasada y constante, mientras arrancaba la casa de sus cimientos. La lluvia era  tan espesa como la sangre y tan fría como uma noche de invierno en el Atlántico. Tan afilada como cuchillas, que cortaban la madera y rompían los cristales de las ventanas.

" No había nubes, pero tampoco había ni una sola estrella en el cielo que nos ofreciera consuelo, solo había un manto de terciopelo negro inalterable, terrible y tenebroso.

Hacía tanto frío que el fuego se congeló, quedando una antinatural estela de azul con forma de llamas. Los dedos comenzaron a ponérsenos azules y apenas si podíamos hablar de tanto que nos castañeaban los dientes. Las lágrimas se le congelaban a mi madre en las mejillas, pero ella no hacía nada para secárselas.

Nos abrazaba y susurraba cosas sin sentido. Solo cuando dejé de prestar atención a sus palabras me di cuenta de que no estaba hablando en inglés, sino en algún extraño idioma arcano. Que yo entendía al perfección. No era griego, mucho menos latín. Era algo mas antiguo y oscuro.

Entonces las escasas ventanas que quedaban sin romper crujieron al unísono y nos cortaron la piel con crueles esquirlas. Recuerdo cuatro voces... "

Un fuerte dolor de cabeza me impide continuar. Siento como si explosionaran mil pequeñas bombas en mi mente, cerrándome el paso a los recuerdos...

Entonces reparo en algo que he dicho sin pensar.

Cuatros voces... Cuatro. 4A









Before the after... (Nico di Angelo) Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ