Lo veo todo rojo

763 84 4
                                    

Nico POV;

Me despiertan unos insistentes golpes en la puerta y unos horribles gritos.

Joder. Espero que quien mierdas esté haciendo todo ese ruido tenga una buena escusa para despertarme.
Me incorporo y bostezo, quien quiera que sea, puede esperar diez segundos.

Al principio no reconozco la voz, lo que me lleva a andar con más lentitud, pero, tras unos segundos, entro en pánico. Esa voz amable y dulce.

Sophie.

Ni si quiera intento correr, me desplazo por viaje sombra y abro la puerta en una centésima de segundo. El pánico se apodera de mi.

Me despierto totalmente en ese momento, de echo, me siento más despierto que nunca.

Solo me da tiempo a verle la cara durante un segundo antes de que se desplome entre mis brazos.

Oigo unos sollozos amortiguados contra mi pecho. 

Está llorando. Tiene la ropa mal puesta y el pelo enmarañado. Sus mejillas están rojas y jadea. Parece haber corrido una maratón.

Detrás de ella, tratando de levantarse, hay un hijo de Ares al que le sangra la nariz. No puedo evitar ver las evidencias. Alguien va a morir esta noche.

Juro que como ese malnacido le haya hecho algo, le haya tocado un puñetero pelo, lo torturaré hasta la muerte, y después lo mandaré directo a los Campos de Castigo.

Empiezo a ponerme rojo de ira.

-Sophie - exclamo, la aferro fuertemente con ambos brazos, y ella llora cada vez más desconsoladamente. - ¿Que te ha pasado? ¿Quien coño era ese? ¿Te ha hecho algo?

Ella levanta ligeramente la cabeza dejándome ver un cardenal incipiente en su mejilla. Ahora lo veo todo rojo de furia.

Como haya sido él el que le ha hecho esto... No existen palabras para lo que le haré.

- En...Entró e-en mi cabaña - tartamudea entre lágrimas - Int-intenté escapar. Pe..Pero era m-mas fuerte qu-que yo...

Siento que algo que va más allá de toda furia crece dentro de mí hasta que casi no puedo respirar.

Dioses, por favor, ahora solo quiero que diga que solo le ha echo un cardenal. Que no le haya hecho nada mas, por favor. Estoy desesperado. Necesito oirselo decir.

-¿Que te ha hecho? - siento que el mundo desaparece y solo queda un vacío en mi interior. Porque en el fondo se que solo hay un motivo para lágrimas como esas. Pero aún tengo esperanzas de que no sea así, al menos hasta su siguiente frase.

-M-me ha to-tocado - llora cada vez mas fuerte - No ha ll-legado a dond-donde crees p-pero casi.

Le fallan las rodillas y yo cargo con ella. Se que ahora necesita el apoyo y el amor que solo yo puedo brindarle en estos momentos, pero mis instintos semidivinos me piden que salga de aquí, encuentre a ese cabrón, y lo haga suplicar la muerte.

La dejo sobre la cama y me separo un momento de su cuerpo tembloroso. Una sola mirada a su rostro me indica que se está rompiendo, rompiendo de una forma irreparable. Solo puedo abrazarla tan fuerte que los pedazos vuelvan a unirse.

Y eso es lo que hago.

-Voy a ir a por ese deshecho humano y matarlo- digo después de un par de minutos, la furia comvierte mi voz en un rugido, y la desesperación por saber que es lo que le ha hecho exactamente hace que se me rompa en la última palabra. Me separo poco a poco y la dejo llorando en la cama, me dirijo hacia la puerta, pero se que no la puedo dejar aquí sola.

Before the after... (Nico di Angelo) Where stories live. Discover now