End Game

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Suelto la flecha suavemente, como si quisiera que llegara dulcemente a la diana, y así no le hiciera daño.

Pero las cosas no son así de sencillas.

La flecha llega limpiamente a la diana.

Miro a Jason en busca de su aprobación, pero él está embobado mirando hacia la cabaña de Afrodita, de la cual está saliendo un grupo de chicas.

Suspiro. Chicos.... Pero por lo menos esta mirando a su novia, y no a una cualquiera.

-Jason- le llamo, pero él no se da por aludido - Jason, ¡JASON!

Da un respingo y se tropieza, callendo al suelo con estrépito. Se oyen risas desde la cabaña de Afrodita.

Yo también me río.

-¿¡Que pasa!?

-Nada, es que estabas flipado. -digo entre risitas.

Él solo me mira un momento y después estalla en risas.

Esta mañana, al despertarme, me he sentido muy triste, y he pensado en quedarme en la cabaña lo que quedaba de día. Pero Jason no me lo ha permitido. Por supuesto.

En lugar de eso, me ha hecho ir al entrenamiento de tiro con arco.

Y resulta que es divertido.

Las primeras veces se me caía la flecha a los pies, pero luego ya fui mejorando.

No he intentado hablar con Nico, ni él conmigo, aunque le he visto de lejos un par de veces.

Parece incluso mas pesaroso de lo habitual.

Y eso es mucho pesar. Me pregunto si lo sentirá si quiera.

Vuelvo a poner una flecha en el arco a la vez que hablo.

- Tengo hambre, ¿podemos descansar ya? - pongo ojitos tiernos, a ver si le ablando.

Él suspira, pero asiente y se levanta del suelo con mucha parsimonia.

El día esta precioso mientras nos dirigimos al comedor, no hay ni una nube ( ¿por que será? ) Y brilla el sol, pero no lo suficiente para que haga un calor asfixiante. Todo parece nuevo y bonito, los campistas bromean, entrenan, se pelean, y se insultan. Igual que en Nueva York.

-Me estoy empezando a preguntar si no serás hermana de Percy, comes demasiado - me comenta Jason entre risas. Yo le pego un puñetazo en broma y me río también.

-No lo veo probable, ¿has visto a algún pececito volando?- no espero a que conteste - ¿No? Pues yo tampoco.

Él solo ríe y niega con la cabeza.

Al llegar al comedor, Jason me explica que he de pensar en lo que quiero, y aparecerá en mi plato, pero que me acerque a quemar algo a Zeus si no quiero que me ensarte un rayo.

-¿Por qué le quemáis comida a los dioses? Mejor dársela y ya está, ¿no?

-Creo que les gusta el olor.

-¿El olor? Pero si huele a... Humo.

-Los dioses son extraños - se encoge de hombros y yo río.

Estamos solos en la mesa de Zeus, yo tan feliz con mi hamburguesa de pollo, y Jason comiendo lo que antes parecía un burrito con helado por encima.

Noto calor en la nuca. Alguien me esta mirando, y sé quien es. Nico. Por supuesto. Lleva mirándome toda la mañana. Quiere verme afligida. No lo conseguirá.

Me doy la vuelta con una sonrisa y le saludo amistosamente, eso le deja totalmente descolocado, y ni se molesta en ocultarlo. Toma.
Punto para Sophie.

Me vuelvo a dar la vuelta, esta vez con una sonrisa de satisfacción en los labios.

Jason ni se ha dado cuenta, está demasiado ocupado comiendo esa asquerosidad con forma de burrito.

Al terminar la comida, me dispongo a salir del comedor, sola, porque Jason se ha quedado con Piper, cuando alguien me agarra del brazo y me envuelve la oscuridad.

En un instante ocurren tres cosas:

1* Dejo de respirar

2* Abro la boca para soltar una exclamación

3* Me doy cuenta de quien es el que me ha agarrado.

Cuando pasa ese instante, estoy en una cabaña oscura, y un poco macabra. Hay un ataúd por cama, y calaveras por los rincones.

Es tenebroso.

La reconozco como la cabaña 13.

En un momento me doy la vuelta para pegarle un guantazo a Nico en el brazo. Y después otro.

-Idiota, ¡Me has asustado!

El sonríe de verdad, como un niño al que hubieran pillado haciendo algo de lo que en realidad se sintiera orgulloso.

-Era la única forma de que habláramos en privado, no creo que te hubieras dejado de otra forma.

-¡Claro que sí! Bastaba con decirme que querías hablar conmigo.

Él parece desconcertado. Me mira con confusión.

-¿Pero no estás enfadado por lo de ayer?

No se entera.

-No, estoy dolida, pero no enfadada. Todo lo que dijiste era cierto, soy una egoísta y por eso todos se alejan de mí. - él parece a punto de interrumpirme, pero no le doy oportunidad- No pasa nada, culpa al mensaje, no al mensajero.

Le sonrío con toda la dulzura que soy capaz.

Él no sale de su asombro. Le cuelga la boca, así que se la cierro y me río.

-Bueno, cuentame, ¿de que querías hablar?

-Pues... Quería pedirte disculpas.

Ahora soy yo la asombrada.

-¿A mi?- le digo emocionada.

-Si, claro, ayer me comporte como un idiota, tú solo querías ayudar, y yo descargué toda mi frustración sobre ti. Y tu no tienes la culpa. Así que me preguntaba si podíamos volver a ser... Lo que sea que fuéramos antes.

Se me enternece el corazón, se lo micho que le ha costado pronunciar esas palabras.

Antes de poder refrenarme, le doy un abrazo.

-Claro que podemos ser amigos. - se susurro al oído.

Él esta tenso, pero se relaja un poco y me devuelve un poco el abrazo.

Pov Nico:

No me lo creo.

Me esta abrazando. A mí. Después de lo mal que me comporté ayer. Y siempre. A mi. Una sensación cálida recorre mi pecho. No sentía esto desde que Bianca... Desde que Bianca estaba viva.

La aprieto un momento mas contra mi pecho, antes de que se separe.

Me mira a los ojos y sonríe tiernamente.

Ni si quiera esperaba una disculpa, no me ha echo rogar, ni ha pasado de mí.

Yo lo habría hecho de haber estado en su lugar, la verdad.

Se despide de mí y me dice que si quiero pasar a verla, estará en la práctica de combate con espada.

Después se va, dejándome flotando en una nube. Por supuesto que iré a verla, ya estoy contando los minutos.

Espera, ¿en que estoy pensando? ¿que me está haciendo ese angelito llamado Sophie?







Before the after... (Nico di Angelo) Where stories live. Discover now