Extraño transporte...

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Al salir del apartamento, Nico y Jason me guían hacia una estación de metro, típica de Nueva York.

Telarañas, musica callejera, poca iluminación, y el incesante ruido de los trenes subterráneos al parar de golpe en el andén.

En lugar de dirigirnos hacia la máquinas de billetes que tenemos a nuestra derecha, ellos se van hacia delante, casi hasta caerse en las vías, y luego miran hacia el espacio vacío que debería estar ocupando el vehículo.

Sin encontrarle sentido alguno a sus palabras, pero aun así comprendiéndolas a la perfección, escucho a Nico decir lo siguiente:

- ¡Detente carro de la condenación! - lo ha dicho a voz en grito, pero nadie parece haberlas escuchado, si quiera habernos visto. Otra cosa extraña sobre lo que ha dicho. Estaba en otro idioma, y yo lo he entendido a la perfección.

-¿Que estas haciend...?- un traqueteo y un sonoro derrape en la vía me impide continuar con la frase.

Parece un taxi, pero incluso mas antihigiénico si cabe.

- Sophie, te presento a nuestro vehículo hasta el campamento, ¿Nico, cuantas drakmas tienes? - pregunta Jason a la vez que se palpa los bolsillos.

Nico extrae cinco monedas doradas de su cazadora de aviador, en un primer momento me parecen céntimos de dollar lacados en dorado, hasta que los veo más de cerca.

Son unas pesadas ruedecillas de lo que parece ser oro puro. Tienen grabada en un lado la cara de una mujer, y en la otra, una inscripción, que entiendo, a pesar de estar escrita en otro idioma, el mismo que el que ha hablado Nico.

Pone, Alfa, Theta, Epsilon, que significa: De los atenienses o Los hijos de Atenea.

Atenea... Es una diosa griega ¿no? Eso quiere decir que la moneda debe de ser griega, al igual que la inscripción, por lo que... Lo que ha dicho Nico estaba en griego.

Pero hay un problema con el tema. Yo no se griego.

Seguía rumiándolo aún, cuando Jason llama mi atención.

-Sophie, vamos hay que subirse ya, no tardaremos demasiado. - me dice con una sonrisa con segundas.

Trago saliva, me temo lo peor.

Me subo al mugriento taxi para descubrir que esta liderado por tres ancianas.

Tardo un momento en darme cuenta de su rareza. Ninguna tiene ojos.

Bueno, una de ellas tiene uno en la mano, si cuenta.

-Ni-Nico ¿por qué e-esas señoras no tienen o-ojos? - le susurro tartamudeando.

Él me lanza una mirada extraña, casi afectuosa, pero le conozco lo suficiente para darme cuenta de que ese no es el caso.

- ¿Has oído hablar de las moiras? - me pregunta él, yo niego con la cabeza tímidamente.

-Bueno, pues son las "diosas" del destino, son inmortales y se dedican ha darle trabajo a mi padre, son ellas las que cortan el hilo de la vida de los mortales - me explica él.

Yo trago saliva aun mas fuerte.

- ¿A donde vamos? - preguntan las tres a la vez, con una voz atiplada y nerviosa, con pinta de ser muy vieja.

- Campamento Mestizo - responde simplemente Jason.

- Ya veo - dice la que tiene el ojo en la mano, luego se lo coloca en su cuenca vacía, y se ríe de su propio chiste - hace mucho que no tenemos tres hijos de los Tres Grandes aquí subidos.

- ¡Siglos! - chillan las otras dos entre risas diabólicas.

- Veamos... Sophie Clare... El destino te aguarda una gran sombra en tu camino, tal vez no sea la que esperas, pero así será. Tu misión aun no está clara, pero te puedo decir que no será agradable, un gran peso sobre tus hombros y... - de repente para de hablar como recibiendo una regañina.

- Zeus no me permite hablar más, pero por si acaso... Guardate las espaldas.

-¿A que ha venido todo eso? - le pregunto a Nico, que es el que esta a mi lado.

El se encoje de hombros, indiferente, pero con un matiz inquieto.

De repente, nos vemos arrojados hacia atrás con fuerza, el taxi se ha puesto en marcha, a una velocidad de mil km por minuto, o eso me pareció a mí. Ahora entiendo la sonrisilla de Jason.

-¿Donde esta ese campamento? - pregunto a voz en grito para me oigan mas allá del ruido del motor.

- Long Island- me responden a la vez.

A vale. Espera. ¿!!!!QUE!!!!?

-¿COMO SE SUPONE QUE VAMOS A LLEGAR HASTA ALLÍ EN TAXI?-voceo yo fuera de mí.

- Tranquila, este no es un taxi normal- Jason me guiña un ojo, y se recuesta contra su asiento.

Yo solo les grito ¡Tarados!, y cierro los ojos con fuerza, preparandome para un largo viaje.

Pero de repente, el carro para de golpe, no llevamos ni diez minutos y ya hemos llegado.

Jason le paga a las señoras, que muerden la monedas para ver si son auténticas, y parecen quedar satisfechas, porque nos dejan ir.

Jason sale el primero, y Nico va detrás de él.

Yo les sigo de cerca, al salir completamente del coche, apenas he apoyado los pies en el suelo, cuando el taxi desaparece sin dejar rastro, y yo pierdo el equilibrio y caigo en brazos de mi acosador.

El suelo.

Cuando me levanto después de unas esporádicas carcajadas por parte de Nico, veo ante mi un gran arco rodeado por pinos, al lado del cual, hay un gran árbol con un vellón de cordero dorado sobre una de sus ramas, y un dragón dormido encaramado a su tronco.

El el arco hay una inscripción en griego.

Campamento Mestizo

Entonces caigo desmayada a los pies del dragón.


Before the after... (Nico di Angelo) Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ