Discordia (Fanfic Daryl Dixon)

Capítulo 59: Corazón de papel.

Daryl estaba con su ballesta en mano apuntando.

La cárcel se estaba convirtiendo en su hogar y todo estaba bien por el momento, bueno, nunca se está bien del TODO. Jamás.

Herschel estaba por alimentar a Judith (Así decidió Carl ponerle a Destructora. Sé lo había puesto por su maestra de tercer grado que quien sabe dónde y cómo estará ahora. Daryl seguía prefiriendo Destructora.) Cuándo noto que ya no había leche, entonces Daryl junto a Magguie decidieron ir a una guardería o jardín de infantes para buscar leche.

El lugar estaba despejado y Magguie llamo a Daryl con un gesto de la mano.

-Ayúdame a entrar – le dijo Magguie a Daryl cuando encontró una ventana para pasar adentro. Daryl le hizo un puente con las manos, ella paso al otro lado y luego él.

La luz del día alumbraba la habitación. Por los juguetes tirados en el suelo y mesas con hojas y crayones Daryl supuso que era el cuarto de juegos de la guardería. Miraba para todos los costados para estar seguro o por sí encontraba algo y sí, lo encontró, pero no era algo que le gustara. . . Era un corazón rosado de papel con un nombre escrito con marcador negro, esté decía. . Sophia. Él bajo rápido la cabeza y continúo su camino.

Luego de salir de la sala de juegos había un pasillo estrecho. Había puertas a medida que caminaban, pero estaban cerradas.

Daryl llego a una última puerta la cual estaba abierta, era la cocina. Magguie llego, comenzó a abrir los diferentes cajones y en uno de ellos se encontraban varias latas de leche para bebé.

Algo interrumpió el momento, un movimiento en una puerta de la cocina cual estaba cerrada. Ambos se miraron mutuamente. Magguie saco su cuchillo y Daryl apuntaba con su ballesta. Al abrir la puerta Daryl disparo una flecha y mato a un pequeño animal, lo agarro y se lo mostro a Magguie.

-Nuestra cena – dijo él.

-Yo no comeré eso – dijo Magguie saliendo de la cocina.

. . .

Zenda estaba observando a Carl desde hace varios minutos. Él solo estaba mirando a las rejas, más bien, a los caminantes. Ella se preguntaba que habría sido de él sino estuviese viviendo en este maldito mundo; tal vez estaría jugando al balón con sus amigos de la escuela, abrazado a su madre o, tal vez, en el cine con su familia. Aunque no conoce mucho a Carl es obvio que él no era así, no era frío, cambio y cambio por el mundo, cambio porque aquí cambias o te mueres; nunca podrá volver a ser un pequeño normal, siempre será un mata caminantes.

Algo le dijo que ella podía hacerlo vivir algo que ya no vivía. Se le acercó.

-¿Quieres jugar? – le pregunto Zenda a Carl.

-No – respondió.

-¿Y eso por qué?

-No podemos jugar, es peligroso.

-¿Desde cuándo jugar es algo peligroso? – No respondió – Deberías jugar como todo niño.

-No soy como todo niño.

-Tienes razón – comentó Zenda en un suspiro. Aunque ella no quiera verlo él no era como todo niño que jugaba con alguien o solo –. Eres mejor que un niñato normal, dime, ¿cuántos niñitos mataban caminantes?

-Capaz hay más como yo – Tenía razón, de nuevo.

-Mmm. . ¿Cómo era la primera persona que mataste o caminante?

-Tú primero.

-La mía. . Humm. . Estaba con Merle y Daryl en un campamento y me estaban entrenando, un día muchos caminantes invadieron el campamento y tuve que matar a uno porque capaz me mordería o creo capaz fue un caminante de entrenamiento, pasaron años. . Y con los años caminantes.

-El primero fue Shane – respondió y Zenda solo hizo silencio –. Ah, encontré la gorra de Shane en tu mochila.

-¿Mi mochila? – Él solo hizo una mueca en modo de disculpas – Yo la agarré de la camioneta luego de lo de la granja. ¿Extrañas a alguien? – le pregunto, pero ella no respondió nada porque Daryl y Magguie se acercaban en la motocicleta.

-Sí, extraño a muchos – le contesto mientras abrían para que pasaran –. A mi madre, padre, hermano, Maira mi amiga, Merle y. . Andrea, Dale. . A todos. Estate feliz, aun tienes a tu padre y una hermanita, solo disfrútalos.

Daryl y Magguie pasaron.