Discordia (Fanfic Daryl Dixon)

Capítulo 45: Gorra.

-Despierta – le susurro Andrea a Zenda.

Zenda hubiera deseado no levantarse nunca si sabía que el recuerdo de los gritos eufóricos de la otra noche la iban a invadir en ese preciso momento.

-Ya sé que odias recordar todo, pero te tenía que levantar.

-Supongo.

-Hicimos un campamento allí – dijo señalando el campamento.

-¿Te caía bien Shane, no? – le pregunto Zenda. Por alguna razón recordó el momento donde iba a ir a buscar a Shane para hablar, pero antes de llegar se retiró al verlos besarse.

-Sí, claro, como a ti.

-A mí me caía bien como si fuera mi hermano mayor, a ti no, no de esa forma.

-Tú también.

-No ocultabas nada Andrea – le comentó con una sonrisa obviada.

-Ok.

Zenda suspiro al ver la gorra de Shane en un hueco de la parte trasera de la camioneta. Cuando la agarro le sacudió el poco polvo que tenía y se la coloco.

- Te queda bien, pólice – comentó Andrea.

- The pólice – dijo Zenda –. Robas y te meto en la una celda.

- Usted métase preso entonces – dijo Andrea riendo.

- Buena esa.

Por alguna razón esa charla le dolió.

Puede que Shane no ha sido de las mejores personas, pero nadie lo es si lo pensamos bien. No todas las personas son las misma luego de una vida casi feliz y después boom estás tratando de sobrevivir a toda costa. Matando gente. No todos pueden aguantar en este nuevo mundo; no todos van a seguir manteniendo la misma cordura con la que podían haber empezado. La vida es dura pero puede empeorar. Ella extrañaba a Shane. Pero al menos no sufrió las transformaciones, gracias a Carl.

- ¿Te quedaras con la gorra? – le pregunto Andrea. Zenda solo asintió y salió de allí sin levantar la cabeza.

Daryl estaba sentado en un costado, como siempre, solo.

Zenda no tomo ningún arma, ya que tenía todas con ella.

- ¿A dónde vas? - escucho que le pregunto Daryl.

- Por ahí – contesto sin mirarlo –. A cazar, ¿quieres venir?

Él se levanto con su ballesta en mano y comenzó a caminar junto a Zenda en silencio.

Estuvieron media hora en silencio. Todo era silencio. Solo se escuchaban las pocas hojas de los árboles bailando en el viento. Las pisadas de ellos dos en las hojas secas que crujían bajo sus botas.

En la mente de Zenda pasaban las escenas de la noche anterior. Gritos horrorizados. Ruegos. Llantos. Gemidos de caminantes. Más caminantes. Jimmy. Patricia. Shane tratando de salvar a Carl.

Pero la mente de Daryl no pensaba en las muertes. Bueno sí, pero ya había perdido demasiado y aunque no eran muertes sin importancia. . Eran muertes.

Una flecha que salió disparada de la ballesta de Daryl saco a Zenda de sus pensamientos. Cuando miro la flecha vio que había cazado a una ardilla. Daryl se dirigió para guardar la flecha y ver a su presa. Saco un cuchillo, abrió a la ardilla y comenzó a comer. .

- Eres asqueroso – le dijo Zenda.

- Tú me parecías asquerosa de niña y no te lo andaba diciendo – Daryl excavo en la ardilla y le tendió alguna parte de ella a Zenda – ¿Quieres?

- Paso – respondió.

- Pensé que Shane llevaba esa gorra a todos lados – comentó Daryl.

- Lo mismo pensé pero veras que no.

Solo hicieron silencio.

- No te muevas – le ordeno a Daryl.

- No me ordenas – dijo Daryl y volteo a donde Zenda miraba atentamente. Allí había un siervo –. Ahg, tengo malas experiencias con los siervos.

- ¡Es mío! - exclamo Zenda y comenzó a correr al siervo.

El siervo corría mucho más rápido que ella. Pero algo arruino su competencia con el siervo una flecha hizo que disminuyera la velocidad al correr y se cayera al suelo, muerta.