Discordia (Fanfic Daryl Dixon)

Capítulo 42: Ilusión

Zenda corría a toda velocidad en busca de Daryl.

Él la estaba esperando donde acordaron y cuando vio llegar a Zenda corriendo y casi cayéndose de los rápido que corría se acercó a ella.

-Me. . – dijo con mucha dificultad para respirar – Merle.

-¿Merle qué? – pregunto Daryl.

-Merle. . Estaba en. . la farmacia – contesto.

-No mientas. Merle murió o no lo sé.

-¡Merle está vivo! – exclamo – Esta allí, en la farmacia. . que. .

-¿Qué. .?

-Está siendo atacada por caminantes.

-Ponle que esta Merle. . ¿lo dejaste en una farmacia minada de caminantes los cuales pueden hacerlo mierda? Lo abandonaste. Murió.

-Maldición Daryl, créeme una vez en tu asquerosa vida – él solo hizo silencio-. Ayudémoslo.

-Bien – acepto de mala gana.

Daryl no creía que su hermano allá sobrevivido solo – claro que puede, pero no puede sobrevivir en un mundo donde los muertos caminan y él solo tenía una mano. Lo cual era raro que no haya muerto desangrado –. Pero a pesar de lo que piense acompaño a Zenda a donde estaban los caminantes.

En la farmacia no había ningún caminante, vivo, todos estaban muertos en el suelo de la farmacia. Daryl reviso toda la farmacia y no había vista de uno vivo o al menos uno sin mano.

-Te juro que estaba aquí. . – dijo Zenda.

-Pues no hay nadie, nadie.

Minutos de silencio se produjeron, donde Daryl guardo lo necesario.

-Vamos – ordenó.

No fue una ilusión, él estaba allí. Pensó Zenda.

Todo el camino de vuelta a la granja de Herschel fue silencioso y Zenda capto algo de enojo en la mirada de Daryl, pero solo dejaba de mirarlo. Durante el viaje Zenda había notado que él aun llevaba el chaleco con las alas; ella había pensado que en cualquier momento lo habría dejado olvidado en algún lugar.

Cuando llegaron Daryl le tiro las municiones para las armas a Rick en la cara y Zenda seguía pensando en lo feo que habría sido para él tener esa pequeña esperanza de que su hermano estaba vivo.

-¡Daryl! – grito Zenda.

-¿Humm?

-Te lo juro que yo había visto a Merle. . Me había acorralado con un cuchillo y. . Lo vi. En serio.

-¡Maldición Zenda! – exclamo enojado – Estoy cansado de que me tomes el pelo. Yo sé muy bien que Merle no pudo haber sobrevivido tanto tiempo sin una maldita mano, pero veo que tú no lo sabes. Pues te digo que murió. ¡Murió!

-¡Él no murió! Yo lo vi.

-Fue una ilusión.

-Sé que no.

-¡Ya supéralo niña! – grito.

Ella estaba cien por ciento segura que Merle estaba vivo y la había acorralado entre la pared y el cuchillo. Que la había salvado de los caminantes y arriesgar su vida por ella. Vio exactamente como con su mirada penetrante la observaba. Simplemente sabía que no era ninguna ilusión.