Capítulo 31: Lágrimas.

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Ella se acercó corriendo a la ronda y lágrimas comenzaron a caer al ver que estaba en la etapa – de convertirse en caminante –.

- Váyanse. . – dijo Zenda echándolos.

Los demás se fueron y solo quedaron Zenda junto a Gabriel. Ella se desplomo en el suelo; sin fuerzas, sin ganas de seguir.

- Gabi. . – susurro Zenda con esperanza de que no se convierta en un caminante.

-¿Sí? – susurro muy despacio.

- ¿Me vas a dejar no? – pregunto con lágrimas.

- Quisiera decir no, pero. . Tienes que matarme antes que me convierta, no lo pienses y solo mátame, ¿Sí?

Ella asintió.

- No puedes dejarme – Zenda se agacho y los rodeo con sus brazos.

- ¿Te ha hecho mucho daño?

-No, no. . – contesto – no me dejes tú también. .

-Perdón. . Sabes siempre quise terminar mis días con un beso de alguien que amo. .

-¿Quién?

-Tú – contesto con lágrimas en sus ojos.

Ella sintió como la palma de Gabriel tocaba su mejilla sana y con el pulgar se la acariciaba como si fuera la cosa más frágil que ha tocado en ese tiempo. Zenda no paraba de llorar y ya no le importaba si la miran( juzgan o lo que sea). Solo quería que él esté bien.

- ¿Puedo? – susurro Gabriel

Zenda asintió con una sonrisa en sus labios y lágrimas en sus ojos.

Sintió como los labios de Gabriel se posaron sobre los suyos y como ambos encajaban como si estuviesen hechos uno para él otro. Una sensación de dolor se formó en su estómago, una sensación que nunca había sentido, una sensación que ojala no aparezca más. Jamás.

Odio el sabor de ese beso. Era un sabor feo y doloroso; sabía a lo que todos odian que sepa un beso, sabía a despedida – una dolorosa despedida –.

Él se despegó de ella y sonrío.

-Mátame – dijo Gabriel.

-Te quiero – susurro Zenda.

-Yo igual. . Mátame.

-Pero te quiero.

-Zenda, maldición, sí me quieres harás lo mejor por mí y me matarás en este mismo momento.

-Bien – acepto.

Aunque le doliera mucho, le dolería más verlo como un asqueroso muerto vivo.

-Angelito – susurro Gabriel.

Zenda supo que esa palabra sería la última que escuche al recordarlo, la última que él quiere que escuche venir de sus labios rozados en forma de corazón.

Lo apunto y con los ojos cerrados jalo el gatillo. Escucho el disparo y volteo rápido hacía el otro lado para no verlo así, muerto; y camino hacía la camioneta.

-¿Fuiste tú? – le pregunto Glenn.

-Sí – dijo secándose los ojos y dejando de llorar al recordar que todo, tarde o temprano, se acaba.

Todo lo lindo tiene un final; todo tiene un final ya sea trágico o no. Nada dura para siempre – al igual que las lágrimas, nunca duran demasiado –. En ese momento sé prometió a sí misma nunca más derramas una lágrima, nunca más pensar en rendirse.

Cuando visualizo a Daryl corrió a él y lo abrazo. Ya no le importaba absolutamente nada – ni que la saque de ese abrazo –; solo quería sentirse protegida de nuevo como cuando era pequeña y él estaba siempre para protegerla. Le pareció tan raro que él no la haya sacado del abrazo – tampoco la abrazó, solo quedo inmóvil –.

Discordia (Fanfic Daryl Dixon)Where stories live. Discover now