Choque

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POV SEUNGRI:

Ultimamente me había sentido muy cansado. Las rutinas se hacían cada vez mas difíciles y yo no me podía concentrar en otra cosa que no fuera él. Su belleza nublaba mi mente...

-¡SEUNGRI, OTRA VEZ TE EQUIVOCASTE!- era la quinta vez que me lo decían.

-Lo siento hyung, de verdad no se que me pasa hoy- de nuevo me distrajé.

-Esta bien, otra vez- y todos me miraron.

-Lo siento- repetí quedo.

Comenzamos de nuevo la coreagrafía, pero aunque lo último que quería era hacerlo enojar, lo conseguí, esta vez me caí...

-¡NO, NO Y NO!... Tomemos un descanso- y las miradas una vez mas sobre mí.

-Lo siento- esta vez mi disculpa no fue muy bien recibida. El resto del grupo salió a beber algo, y de pronto me vi a solas con una mano frente a mi que me ayudó a incorporarme.

-YOUNGBAE.

-¿Perdon?

-Mi nombre, YOUNGBAE.

-Lo siento, SEUNGRI.

-Lo sé, el profesor dijo tu nombre unas mil veces hoy.

-Lo siento, no pienses que es tan frecuente, es solo que hoy, no se que me pasó.

-KWON JI YONG.

-¿Disculpa?

-Asi se llama, KWON JI YONG, aunque todos le dicen GD. No pienses que no me di cuenta, he visto como le miras y te distraes.

-¿Tan obvio he sido?

-En realidad no, pero él siempre causa ese efecto. Está en su naturaleza ser el centro de atención.

-Entonces tal vez solo puedo soñar- me deprimí un poco.

-Vamos, te invito un jugo y te lo presento, es mi amigo.

-¿En serio?, no sabría ni que decirle.

-Mientras no te quedes mudo, todo estará bien.

Me quedé pensando en la posibilidad de que eso sucediera y entonces dudé y entré en pánico -No, mejor otro día, ya llega el maestro y no quiero desconcentrarme de nuevo.

- Como quieras.

-¡DESDE ARRIBA, 5,6,7,8!...- Y entonces comenzamos de nuevo...

Los pasos en sí, no eran tan difíciles, era solo que al verlo moverse, de esa manera tan perfectamente sexi, hacía que mi corazón perdiera su ritmo normal y por ende, yo y mi cuerpo también. Desde hacía tres semanas se había unido a nuestra clase un nuevo alumno, había sido transferido de una escuela al sur de la ciudad y desde que llego comenzó mi tormento. Yo que nunca tuve problemas para el baile y que siempre me destacaba entre los demas por ser tan bueno bailando, ahora era la burla de todos, pues desde el momento que cruzó la puerta del salón de clases, mi mundo se detuvo y comenzé a tener dos pies izquierdos. Si no equivocaba los pasos, los olvidaba o me caía, incluso una vez hice que varios de mis compañeros tropezaran entre ellos y cayeramos sobre el maestro. Por eso me gané un mes de castigo limpiando el salón.

En realidad no se como es que llegué a esto, nunca antes me había sentido tan atraido hacia alguien, fuera hombre o mujer, pero desde el preciso instante en que mis ojos le vieron, algo muy fuerte se apoderó de mis pensamientos y era él.

Ese día llegué temprano al salón, como siempre, me entusiasmaba el hecho de que comenzariamos una nueva rutina para el festival de invierno del colegio. Esta vez lograría un solo. Y de pronto apareció, en medio del salón, con ese estilo que solo él podría tener. Unos jeans ajustados, una playera blanca estampada y una bufanda rosa, además de unos lentes de sol y un bolso de marca por supuesto. El profesor lo presentó y fue entonces cuando él quitó sus gafas y sonrió de la manera mas tímida posible y ahí ya no supe mas de mí. Sus ojos eran hermosos, de un tono chocolate y un delineado obscuro que los resaltaba, sus labios tenían un rosa muy sútil que enmarcaba una sonrisa muy bella, y su rostro era muy femenino, como para engañar a cualquiera, si no lo hubiera visto bien y escuchado su voz habría jurado que era una mujer, pero para mí era como ver a un ángel...

En el brillo de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora