LUNA

el segundo plato

-necesito sentarme – le comunico tomándome de la pared. -¿como?-

-larga historia, que mas tarde te contare. Ahora debo ir con Gerard para custodiar a los invitados de Selene, dos vampiros que estaban escapando, buscándole para entregarle un mensaje-

-mejor ve y más tarde ambos me cuentan- digo dándole paso.

Kyle se acerco a mí, se quedo en frente de mí obligando que me le quede viendo a sus ojos. Coloco su mano sobre mi mejilla pero mi mirada no se apartaba de la suya. Parecía algo raro, aunque parecía un momento intimo yo lo sentía como un momento de despedida, la advertencia de las carta apareció en mi cabeza haciendo que bajara la mirada al piso mientras que descubría que tenía una mancha de mermelada en mi camiseta de ACDC, que mi tío me había regalado. Lo siguiente que supe era que mi cabeza había sido rodeada por un brazo y mi frente toco algo duro.

Sep mi frente estaba contra el pecho de Kyle y el estaba besando mi coronilla. Quise separarme de él pero la sensación de adiós se apodero de mí por lo que no pude hacerlo.

-debes ir con Selene a decirle tu propósito aquí- murmuro por encima de mi cabeza. –ya van a ser casi dos meses y todavía no has hablado con ella-

-lo sé pero-

-si sigues posponiéndolo la guerra estallara y ni ella ni tu sabrán como ayudarse entre sí- él se alejo y salió de la habitación apagando la luz. Lentamente salí detrás suyo viéndolo todavía caminar por el pasillo, con su espalda grande desapareciendo en la esquina del salón en dirección hacia la puerta.

Cuando escuche la puerta cerrarse me costó unos minutos pero pude caminar hasta el salón, mirar por la ventana donde veía el cielo se tornaba claro.

Había una estrella resaltando y sabía cuál era, mi abuelo siempre me contaba que en nuestra familia, si alguno tenía problemas podía contar con esa estrella ya que era aquel ancestro que recibió la maldición, esa estrella siempre aparecía ante nosotros en los momento donde tuviéramos problemas o no supiéramos que hacer.

La observe un rato y el sol comenzó a salir – no dejes que les pase nada por favor- solo murmure antes de que aquel ancestro desapareciera hasta la próxima noche o en mi caso hasta la próxima madrugada.

SELENE

La cabeza me daba vueltas, la temperatura debería estar por las nubes pero aquí estaba yo esperando por respuestas.

Luego de la declaración de guerra, y que mis padres y el concejo también se vea envuelto en esa descabellada y ridícula mal escena de película de cuarta. Aunque la sensación de adrenalina fue real, pero obviamente todo lo comparo con la declaración de guerra de las crónicas de Narnia, esto fue una ridiculez.

Los dos que sobrevivieron se escaparon, Iván y Keith trataron de rastrearlo pero su rastro se perdió en el otro lado del pueblo ya a las afueras. Mama se acerco a mí y me abrazo, fue en ese momento en el que se percato de mi salud peligraba.

Una vez en casa, la gran sala parecía el salón del congreso de la ONU, infestado de gente claro está. Los tipos del concejo, mis padres, mis hermanos, mis mascotas, la mini ONU, Sean y Adalis con el bebe, mis primos, Claire, Freya y la lista seguía.

Ben fue el único comprender que me sentía asfixiada, demasiada gente en un cuarto, asique no tan gentilmente los invito a retirarse. El concejo comprendiendo la situación pero de muy mala manera se retiro. Mis primos, ya que al ser los segundos en la manada los siguieron necesitaban ir al concejo para dar su versión y para controlar. Mama le preparo un cuarto a Claire para que descanse, no podía moverse mucho en su condición por lo que ahora debe estar dormitando en alguna habitación del primer piso, cuando todo se calmo ella solo me abrazo y me deseo fuerzas, me pidió que sea fuerte.