Shots Damie | Jamie y Dakota

Birthday girl

28 de Septiembre, 2016.

L.A, California.

Mis dedos siguen enterrados en la musculosa espalda que aún se estremece por los últimos rescoldos del orgasmo, puedo escuchar un último gemido en mi oido y luego se deja caer con cuidado sobre mí, su cabeza descansa sobre mi pecho que sube y baja rápidamente para conseguir que el aire llene de nuevo mis pulmones, su aliento me hace cosquillaz sobre uno de mis hipersensibles pezones y cierro los ojos disfrutanto de este pacífico momento, teniéndolo aquí sobre mí después de haber hecho el amor muy lentamente, sin prisas y dejando nuestras mentes y almas en ello, como no quiero dejarle de nuevo la espalda llena de marcas suelto el agarre y mientras una mano acaricia su ancha espalda la otra subre a acariciar su cabello, sonrío como tonta cuando lo escucho suspirar.

-¿Hay forma de que pasemos el resto del día aquí? -alza apenas su cabeza y me mira con esa carita llena de satisfacción.

-No pienso fingir de nuevo un dolor de estómago, así que creo que no -aún con una mano en su cabello tiro de él hacia mí, nuestras narices se acarician haciéndonos cosquillas y luego nos damos un pequeño beso- tenemos una agenda que cumplir, señor Dornan.

-Ojalá no fuera así -su cabeza va a mi cuello y me olisquea haciéndome cosquillas antes de morderme suavemente el lóbulo de la oreja- pero tienes razón, así que andando.

-¿Andando? -giro mi rostro a la mesita de noche y veo que el reloj que Jamie dejó allí marca las seis con cuarenta minutos- Joder, tenemos que estar allá a las ocho.

-Demonos prisa entonces.

De mala gana nos ponemos en marcha, Jamie se levanta despacio y sale con cuidado de mi cuerpo, lo veo dirigirse al baño para deshacerse del condón y yo me estiro entre las sábanas antes de incorporarme, esta vez estamos en su habitación, una verdadera novedad la cual disfruto bastante, lo alcanzo en la ducha -no hay tiempo de darnos un baño en la tina- y me acomoda en su regazo mientras nos damos prisa en lavarnos, me gusta recorrer su cuerpo jabonoso con mis manos y sentir sus músculos firmes bajo mis palmas, yo no tengo mucho para que él pueda disfrutar pero ver su cara de satisfacción con cada caricia que me prodiga es suficiente; después de la sensual ducha nos apresuramos a cambiarnos, yo tardo bastante más pues debo secarme el cabello y luego tarde una eternidad en elegir que ponerme, luego de ponerme un pantalon y una blusa negra sencilla, me cepillo el cabello delante del espejo y lo veo aparecer detrás de mí con su traje puesto y el saco colgando sobre el hombro.

-¿Estás lista?

-Solo me faltan las sandalias -dejo el cepillo en el tocador y me giro a verlo- Lo diré así, muero de ganas por sacarte todo lo que llevas encima aunque te veas guapísimo.

-De acuerdo, puedes quitarme lo que sea cuando quieras -se quita el saco para colgarlo del pomo de la puerta y luego me toma una mano- pero solo no me quites esto.

Lo veo sacar algo destellante del bolsillo frontal de su camisa, es una preciosa pulsera con dijes y tras rodearme la muñeca con ella me mira con una sonrisa burlona después de atarmela.

-Esta vez lo logré a la primera.

-Seguro haz estado practicando -digo divertida y miro el regalo, es identica a la joya que usé para la película pero esta vez es un regalo personalizado para mí: hay un dije con una hoja de maple, uno de una manzana, el Big Ben, un perrito caliente, la torre Eiffel además de un logo de Los Ángeles- Es preciosa.

-Son todos los lugares donde hemos estado juntos -sus dedos acarician los dijes- Vancouver, Nueva York, Londres, Berlín...

-¿Porqué una salchicha? -alzo la vista a él, siento las lágrimas picar en mis ojos pero logro contenerlas aunque él ve el brillo en ellos.