Mi irlandés.

4.3K 248 38
                                    

Marzo 1, 2016.

Vancouver, Canadá.

Tengo que apretar los labios con fuerza para evitar que la sonrisa que tengo se expanda por todo mi rostro.

Ha vuelto.

Reviso mi teléfono a hurtadillas mientras llegamos a la locación del día de hoy, no hemos tenido ni una oportunidad de estar a solas y charlar desde aquella cena de hace algunas semanas, esa caótica e inolvidable cena donde hablamos de todo y de n...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Reviso mi teléfono a hurtadillas mientras llegamos a la locación del día de hoy, no hemos tenido ni una oportunidad de estar a solas y charlar desde aquella cena de hace algunas semanas, esa caótica e inolvidable cena donde hablamos de todo y de nada, donde fingimos que nada pasaba, nadie notó que nuestras pieles ardían por tocarse y nuestros corazones se aceleraban con solo mirarnos.

-Llegamos señorita Johnson.

Apago mi teléfono de inmediato y lo guardo en mi abrigo, nadie se dará cuenta que revisaba las imágenes de unos minutos atrás cuando llegó. Estaba muy cambiado, se veía mayor, más tonificado, más maduro y centrado; pero yo conocía la verdad, por dentro, seguía siendo él.

Bajo a toda prisa del auto y desde antes de poner un pie afuera puedo escuchar los disparos de las cámaras, no saludo ni veo más allá de las personas que me cubren hasta que ingreso al set, me llevan directamente a maquillaje y peinado, después a vestuario y acaban poco a poco con Dakota hasta meterla en la piel de Anastasia.

Foley se acerca a mí todo, va abrigado hasta la cejas y a pesar de su gesto que me recuerda a Grumpy Cat me saluda afectuosamente con un abrazo.

-¿Lista?

-Sí jefe –respondo con un saludo militar.

-Así me gusta, espero que te hayas aprendido tus líneas.

-No habrá fallos esta vez.

James no toleraba que olvidáramos nada, habíamos hecho una lectura conjunta del guion la noche anterior con los actores que ya estábamos allí, Jamie recién había llegado pero se había entregado con todo su ser a las escenas a pesar de su cansancio y allí conoció el rigor de Foley: si fallabas en una línea te llevabas una buena reprimenda, yo me llevé dos y me bastaron para quedarme hasta tarde aprendiéndolas.

Una vez que el equipo anuncio que estaba todo listo caminamos al exterior y yo aún no lo había visto, me había puesto un abrigo sobre la gabardina color caramelo que vestía Ana, hacía un frío de muerte y a los pocos minutos ya sentía los dedos congelados.

Yo tenía las primeras escenas solas mientras compraba el llavero de Seattle, entre toma y toma daba saltitos para calentarme un poco y soplaba aire tibio en mis manos, aunque para cuando acabamos no sentía las puntas de mis dedos.

-Movamos el culo de aquí, me estoy congelando –gruñó Foley cuando acabamos, mi asistente me echó mi abrigo de nuevo por los hombros y subimos de nuevo a las camionetas para movernos de locación, fueron apenas dos calles más abajo, todo estaba cerrado pero ni eso ni la lluvia que caía detenía a los paparazzi que se amontonaban en cada esquina. Los ignoré, como siempre.

Shots Damie | Jamie y DakotaWhere stories live. Discover now