Shots Damie | Jamie y Dakota

EXTRA DAMIE: First Halloween.

31 de Octubre 2016.

Belfast, Irlanda.

-No puedo creer que me hayas convencido para hacer esto.

-Anoche me dijiste que era una muy buena idea.

-Puedo decir muchas cosas cuando te tengo desnuda sobre mí.

-Vaya que lo recuerdo.

Sin dejar de embadurnarle puntura verde por el rostro me da un pellizco al costado provocando que de un gritito, Dulcie que está jugando en la alfombra cerca de nosotros se acerca corriendo y nos mira.

-¿Ya?

-Ya casi cielito –alzó mi brocha- solo debo terminar de pintar a papá.

-Bueno.

Vuelve a sentarse en la alfombra con cuidado de que Pipper no tire de sus vendas, la pequeña nos mira impaciente.

-Ya casi está, solo debo dar los toques finales.

Con un lápiz delineador de ojos negro agrego los detalles en su rostro, agrego algunas líneas para que parezcan cicatrices, además agrego un montón alrededor de sus ojos más por maldad que para darle realismo al disfraz, finalmente le paso el pequeño espejo de mano y se mira, hace algunas muecas y luego me sonríe.

-Bueno, debo admitir que se ve genial.

-Ya lo sé, ahora venga, tenemos un par de monstruos que quieren ir por dulces.

El Halloween en Irlanda es una gran cosa que esperan cada año, desde un mes antes comienzan a verse decoraciones por todos lados y las tiendas alrededor se llenan de productos para dicha fecha, si bien estoy acostumbrada a las tradiciones americanas aquí todo parece más serio, tenemos calabazas talladas por todo el jardín, unas luces con formas de fantasmas en la puerta pero lo más importante es una gigante bolsa de dulces suficientes como para todos los niños en Belfast.

Como la comunidad de aquí es pequeña, la mayoría se decide por asistir al festival que organizan en la escuela de la localidad, los letreros al respecto estaban por todas las calles, los niños del lugar harán algunas representaciones, habrá música, bailes, concursos... y muchos dulces, logré convencer a Jamie para asistir pero por seguridad nos disfrazamos bien para no llamar mucho la atención.

Tomamos a las niñas y tras dejar un tazón con dulces en la entrada, Dulcie va dando saltitos por la calle, su pequeño disfraz de momia es simplemente adorable, aunque las botas de goma amarillas le dan un toque exótico e infantil, lleva una pequeña calabaza en la mano y mientras caminamos a la escuela local algunas personas le dan dulces en el camino y se acercan a echar algunos en la carreola de Pipper, que les sonríe mientras da palmaditas con su traje de murciélago, le pinté un par de colmillos y al sonreír es una delicia.

Jamie, con su atemorizante disfraz de Frankenstein saluda a los niños al pasar y ellos corren entre risas.

Y yo, por supuesto, voy como la novia de Frankenstein.

Solo nos toma un par de calles llegar a la escuela que está adornada con lápidas de papel, lamparillas, calabazas y fantasmas hechos por niños, pagamos las entradas y entramos, tienen una especie de feria montada en el patio y lo primero que pide Dulcie es ir a un enorme alberca de pelotas donde un montón de niños con disfraces juegan, yo la llevo mientras Jamie busca asientos para ver la representación, después de un rato convenzo a Dulcie de salir y vamos al montón de sillas de plástico en una carpa y vemos una adorable y divertida representación de Drácula con niños de unos diez años.

-Mamá, tengo miedo –Dulcie se cubre los ojos cuando el niño que es Drácula muerde en el cuello a otro niño y le escurre sangra falsa de la boca, parece salsa de tomate.