Capítulo 18

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Caminábamos tranquilamente entre los árboles mientras comíamos nuestros helados.


- Y... Bien. ¿Siempre traes a tus citas aquí? - Pregunté con un tono casual para que no fuera tan evidente mi interés de saber.

Por alguna razón el imaginarlo trayendo a otra chica a este lugar, haciendo lo mismo que conmigo me causaba molestia. Tengo en claro que no poseo el derecho de ni siquiera molestarme por eso, pero bueno aún así no podía evitarlo.

- Si he traído a todas aquí - Contestó de forma seca.
Por solo un segundo mi corazón se detuvo ¿Acaso esperaba otra respuesta?

Al instante Kyle comenzó a dar carcajadas mientras señalaba con su dedo índice mi rostro.

- Debiste haber visto tu cara! Fué genial - Dijó.

¿Qué? ¿Había sido una broma?

- Eres un estúpido - Apresuré el paso y sentí como él venía detrás mio.

- Mala mia, es que bueno necesitaba ver tu reacción - Se puso al frente mio evitando que pudiera seguir adelante. - Lo cierto es que jamás traje a ninguna chica a este lugar. Va, si soy honesto nisiquiera a veces las llevaba a una cita, no es necesario que te diga para que las tenía.... ¿Cierto? Se podría decir que eres la primera por la cuál hago todas estas cosas.

Mi ritmo cardíaco devuelta me hacia una mala jugada, aunque igualmente me tranquilizaba escuchar esas palabras, lo necesitaba.

- ¿Entonces? - Dije de modo para que pudiera proseguir.

- Un día cuándo era pequeño, mis padres se pusieron a discutir en casa, era una de las peleas más fuerte que habían tenido. Por suerte Katy aún se encontraba en clases, quizás no lo sabes pero en la primaria íbamos a diferentes horarios, ella al turno tarde y yo a la mañana. Porque a la tarde sabía ir a básquet. Bueno el punto es que ese día cansado de oír sus gritos escapé de casa, y perdido llegué a este lugar, que luego con el tiempo por alguna razón se convirtió en mi lugar de paz. Hasta actualmente, a veces luego de asistir a clases en la universidad vengo un rato aquí, es relajante. Y bueno, tuve la idea de compartir este lugar contigo.

No podía dejar de mirar sus ojos, estaba tan conmovida por todo lo que había dicho, no sabía ni siquiera que responderle. Me estaba dejando ver una faceta de él que jamás ni siquiera hubiera imaginado que existiera.

Tú, mi maldito karma Where stories live. Discover now