Capítulo 17

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Habíamos terminado de comer mientras conversábamos sobre una gran variedad de temas. Descubrí que Kyle le tenia cierto resentimiento a los perros, porque de pequeño uno le había mordido la pantorrilla causándole un trauma. Además amaba el frío porque según él, era la mejor época del año ya que podía dormir plácidamente con su gata y también aprendí que cuando se trata de pizza, su estómago no tiene fondo.

Le hizo una seña al mozo que vino al instante y le pagó la cuenta.
Cuando se marchó, Kyle se levantó del asiento y me tendió su mano como si se tratara de su princesa.
Sin pensarlo la tomé.

- ¿Donde vamos ahora? - Pregunté mientras que saliamos del local.

- Cerca de aquí hay un parque pequeño que tiene un puesto de helados. Pensé que sería buena idea ir, después de todo la propuesta incluía helado de limon, ¿no?

Sonreí como estúpida al oír eso.

Era malditamente...

P
E
R
F
E
C
T
O

- Buen punto - Contesté.

- Dije "helado" y se te iluminaron completamente los ojos. Eres como una nenita - Se burló mientras apretaba uno de mis cachetes.

Idiota.

- Ya suéltame - Fingí estar de mal humor.

De pronto noté como me rodeaba con sus brazos por la cintura y dejaba caer su cabeza en mi hombro.

- Jamás te voy a soltar - Pronunció en un susurro.
Eso fué suficiente como para que mi corazón comenzara a latir como loco. Así nos mantuvimos durante unos minutos, en un cómodo silencio.

- Kyle... Estamos en un lugar público - Mis mejillas estaban ligeramente acaloradas.

- ¿Que tiene? No es como si te estuviera violando - Claramente no me estaba violando, pero si seguía sintiendo el calor de su pecho en mi espalda y su aliento en mi cuello, yo terminaría haciéndolo. - Además está desierta esta calle.

Era cierto, a pesar de que era un Sábado, no había ni un alma rondando. La preciosa luz de una luna llena nos iluminaba suavemente, me alegraba saber que aún existían lugares donde la contaminación no había llegado afectar.
Finalmente me soltó y seguimos caminando tomados de la mano.
Cuando estábamos llegando pude divisar el "pequeño parque" que no era tan pequeño como Kyle decía. Si no todo lo contrario, era enorme y espacioso. Cerca del puesto de helados se encontraba una fuente de gran tamaño con una escultura blanca de un ángel al medio, alrededor estaban esparcidas bancas del mismo color, la mayoría ocupadas por parejas. Y por último un camino de piedras de un tono colorado que abría paso entre unas plantas de rosas hasta llegar a una especie de bosque.

¿Que mierda acabo de ver?

Nunca había venido a este sitio y el estar aquí me hacia sentir que pronto aparecería un conejo blanco que me haría correr detrás de el, hasta caer dentro de un árbol que me llevaría al inframundo.

¿Mucho Disney? Quizás...

- Bien esperame aquí - Dijo Kyle haciendo que me sentara en una banca desocupada.

Mientras esperaba me sentía ridículamente sola al ver como estaban en pareja menos yo.
Al cabo de unos minutos observe a mi idiota preferido venir hacia a mi con un cono de helado en cada mano. Cuando llegó hasta a mi me entregó el de limón que tenía salsa de frutilla arriba.

- Gracias - Dije frotando la cuchara contra el granizado.

- ¿Qué haces? - Me miró atentamente.

- Como mi helado ¿No es obvio?

- Levántate tonta no nos quedaremos aquí - Dijo tomándome del brazo.

- ¿Entonces? - Lo examiné.

- Vamos a jugar en el bosque. Tú eres caperucita y yo soy el lobo. - Respondió mientras me daba una de sus sonrisas más seductoras.

Tú, mi maldito karma Where stories live. Discover now