Ahí me encontraba yo, acostada en el sofá como una morza mientras comía helado.
Una perfecta tarde de Domingo.
Mis padres se habían ido a almorzar a casa de mi tía por lo tanto tenia la mayoria del día la casa sola para mi. Lo cual significaba comer, ver películas y comer.
Todo está fríamente calculado como para ver las 50 sombras de Grey...
Reí ante ese pensamiento.
Lo cierto es que estaba viendo "Tres metros sobre el cielo" y ya mis ojos se comenzaban a humedecer.
Nunca comprendí como es que si dos personas se aman no hacen hasta lo imposible para lograr estar juntos.
Y es que sí...
Por más que gran parte de la niña tierna que era, haya desaparecido, aún seguía esa escencia de idiota sentimental.
De repente mi celular emitió un sonido y supe que me había llegado un mensaje.
En la pantalla se podía leer claramente que era de Kyle.
¿Un mensaje de él?
Luego recordé lo que le había escrito la noche anterior antes de dormirme, y de pronto sentí como los nervios se apoderaban de mí.
Dudé en leer el mensaje, pero finalmente lo hice.
" Me alegro de que la hayas pasado bien "
Leí y a los segundos volvió a sonar.
"Desde anoche no he dejado de pensar en ti..."
Esas simples palabras provocaron una agradable sensación dentro mío.
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Tú, mi maldito karma
Teen Fiction"Si un chico puede jugar con miles de chicas, porque una chica no puede jugar con miles de chicos? " Esa fué la pregunta que me llevó a ser lo que soy en la actualidad, o por lo menos lo que era hasta que volví a verlo... TERMINADA
