Capitulo Veintidos

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Una de muchas

...

- Calma mon amour – decía Delphine a Cosima mientras acariciaba su espalda y la morena sollozaba en su regazo – Gemma estará bien – susurraba en su oído.

- Lo siento, es que estoy preocupada y, no sé, Alison estaba tan alterada y tengo un mal presentimiento – decía agolpadamente.

- Ya, ya – la interrumpió la rubia – No digas eso, estará bien, mañana a primera hora viajaremos a Canadá – informó pero Cosima se irguió y la miró con los ojos hinchados.

- Pero... ¿Qué sucederá con Elise? – preguntó, Delphine desvió la mirada, la poca costumbre de estar acompañada se hacía notar.

- Bueno...- balbuceó.

- La olvidaste ¿cierto? – pregunto con esa mirada inquisidora.

- No, o sea... sí, pero puedo ir a dejarla con Ethan mañana tempano – contestó Delphine.

- No, no, quiero que pases tiempo con ella, hace mucho que no se ven, solo envíame hacia Canadá y en unos días vuelves – pidió Cosima mientras se acomodaba en la cama.

- Pero no quiero que vayas tu sola, deja ir también.

- Por favor Delphine, yo estaré bien, quizás, no sé, Alison exageraba y Gemma no está tan mal y me alteré por nada, por favor cariño, quédate, ¿sí? – pidió esta vez Cosima y la rubia asintió triste con la cabeza.

- Esta bien, pero cualquier cosa me llamas y yo iré volando – dijo sonriendo, provocando una sonrisa de igual manera en Cosima.

- Esta bien amor.

Cosima llevaba un par de horas en el jet de Delphine. Habían despertado temprano y habían desayunado con Elise, por un momento junto a la pequeña y junto a la rubia había olvidado el accidente de su sobrina, pero a ratos volvía el recuerdo. No se le cruzaba por la mente qué pudo haber pasado para que Gemma sufriese un accidente, siendo que Alison era tan precavida todo el tiempo, anteponiéndose ante los posibles problemas en todo momento y de pronto esto, era extraño pero supuso que su hermana no era la mujer maravilla como ella y todos creían y que quizás este era la primera vez en su vida que esto había pasado.

Las horas transcurrían y pasadas las tres de la tarde había llegado a Canadá. Un auto que Delphine había reservado fue por ella para llevarla hasta la puerta de la casa de Alison. Cosima creyó esto un acto tan lindo que deseó estar con ella, ese era otro problema, porque estar pensando en su familia y el verse en la obligación de viajar tan repentinamente la alejó de su novia, le hacía sentir mal, puesto que pasaban una hermosa velada en Francia a la cual se había unido Elise, pero así eran las cosas y debía de aceptarlo, ya vería a Delphine dentro de unos días y además de eso, podrían hablar de su puesto en Dyad Canadá que habían dejado pasar por bastante tiempo.

Una vez en la puerta de Alison el chofer entregó a Cosima un número de teléfono en una tarjeta, era el número personal de él y le informó que Delphine le había decretado que se lo entregase porque su prioridad era llevarla a donde ella quisiera. Cosima a pesar de que no deseaba aceptarla lo hizo, porque conociendo a la rubia culparía al chofer y posiblemente lo correría de su trabajo.

Cuando se acercó a la puerta tocó de manera apresurada, deseando hablar con su hermana, pero al parecer nadie aparecía, se extrañó, quizás estaban en el hospital, después de todo si Gemma había sufrido algún tipo de lesión Alison era la primera en estar realizándole exámenes de lo que fuese, pero para su sorpresa cuando retrocedió unos pasos vio la van estacionada en donde siempre la dejaba su hermana y supo de inmediato que ella estaba en casa, se volvió y nuevamente golpeó la puerta solo que esta se abrió casi de inmediato dejándola con la mano empuñada en alto. Cosima vio a su hermana sonreír frente a ella algo pálida y nerviosa, conocía esa sonrisa y ese rostro, como cuando hacían travesuras de pequeñas y Alison junto a esa cara siempre las delataba.

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