Capítulo Nueve

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Un martilleo, eso era lo que sentía o quizás, un elefante sentado en sus sienes, posiblemente algo peor pero sin duda hacia desear a Cosima que alguien le arrancase la cabeza, porque el zumbido y abombamiento que sentía en sus oídos y nuca eran terribles. Cuando despertó, lo primero que sintió fue un peso combinado con dolor en su frente y la luz que se colaba entre el ventanal de la suite era un suplicio, con pereza se levantó y arrastro sus pies hasta el baño, se lavó rápidamente la cara y vio su rostro maltratado por el vino y las risas de la noche anterior, cerró los ojos intentando recordar en qué momento de la noche había llegado a la suite, pero era como si alguien hubiese pasado un borrador por aquella parte, no intentó más, sabía que no conseguiría recordarlo en absoluto. Mientras buscaba ropa adecuada para el día se detuvo de pronto, ¿Y Delphine?, se suponía que viajarían durante la noche, entonces, ¿Qué diablos sucedió?

Cosima comenzó a sentir pánico porque aún seguía ahí, porque no recordaba que diablos había sucedido y sobre todo, era casi medio día y Delphine no estaba, pero no, ella no era tan mala como para dejarla varada en Nueva York, ¿o sí?

- Cosima - dijeron a sus espaldas y la morena se giró para ver a Delphine, que impecable como siempre estaba frente al ascensor, ¿cuándo diablos llego?

- Dios Delphine, creía que ya no estarías aquí y me habías dejado - habló desesperada.

- Lo pensé, pero después de todo decidí quedarme.

-Gracias por hacerlo - agradeció sonriente.

Se quedaron en silencio y mantuvieron las miradas, había algo, Cosima lo presentía pero, no lograba saber que se perdía. Delphine por otro lado, tuvo que desviar la vista, el contacto visual solo le hacía mal y ya deseaba apaciguar los malestares que la morena le ocasionaba.

- Cosima - hablo finalmente Delphine mientras jugaba con sus manos o miraba hacia otro lado - debo viajar en breve y me temo que tu aun no estás en condiciones por lo tanto, he organizado todo y en una hora más sale tu vuelo, solo debes llamar a la recepción y un coche esperará por ti en la salida - informó mirando finalmente a Cosima.

La morena quedo impactada, o sea, que al final de todo Delphine si la dejaría, solo que a cambio de una nota se quedó a decírselo.

- Delphine, pero...yo solo me visto y puedo viajar lo juro - dijo la morena rápidamente.

- Vamos, es mejor así, de esta forma te aseas mejor...

- No, no - interrumpió Cosima moviéndose y ordenando unas cuantas cosas - no me demoro, solo ordenaré mi ropa y vestiré adecuadamente y...

- ¡Que no! - exclamó exaltada Delphine y Cosima se estremeció - Lo...lo lamento - se arrepintió la rubia tocando sus sienes

- Por favor, no te enfades conmigo por lo de anoche, no soy así Delphine, te lo juro, no sé qué me sucedió - sonó arrepentida.

- ¿No eres así? - preguntó Delphine más para sí misma que para Cosima - Pero... ¿Por qué te arrepientes?... Tenía la ilusión de que te había gustado - dijo Delphine con un dejo de tristeza en su voz.

- ¡No, no!, claro que no me gustó, ahora o nunca. Delphine no me gusta beber, para nada, ya te dije no soy así, es solo que estaba nerviosa - dijo acercándose a la rubia que se alejó un poco.

- Cosima... ¿Recuerdas algo de lo que sucedió anoche? - preguntó Delphine.

- No - admitió - o sea, si, recuerdo que te veía desde el jardín y que bebí mucho vino blanco, luego, conocí a un chico llamado Isaac que me presentó a uno llamado Marcus, luego habían muchos nombres y... -se detuvo a pensar un poco - lo último que recuerdo es que Simón me tomó por los brazos y luego casi nada, intento, pero nada...

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