Capítulo Once

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De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.



Luego de que Delphine colgó el teléfono, comenzó a sonreír de manera boba hasta que se fue a la cama y después de muchas burlas por parte de Elizabeth.

Durante la noche pensaba en Cosima y muchas cosas más que tenían mucho que ver con la morena, de pronto, sintió que se mentía a si misma por el bien estar que se auto infringía, sabiendo ciegamente que nada de lo que anhelaba sucedería, pero por otra parte las palabras de Elizabeth estaban latentes en su cabeza, quizás este era el momento, quizás era completamente cierto que ella tenía la palabra en este instante, ella podía decidir sobre lo que sentía y lo que no, pero de qué manera si no sabía cómo guiarse a sí misma, era automático el que cuando sobrepasaba sus límites esta se volvía en contra de Cosima, debía cambiar eso, sin duda alguna porque terminaría destruyéndola, tanto a ella como a Cosima y deseaba lo contrario, proteger a la morena y ese era un buen pretexto para sí misma, el estar cerca mantendría a Cosima protegida ante los posibles problemas que se podrían avecinar con el tiempo y en caso de suceder ella estaría allí, de una u otra forma.

Lo importante que significa Cosima para ella va mas allá de lo siente, si no para la ciencia y el bienestar humano, claro que la morena no lo sabe, pero Delphine si y si algo sucedía entre ellas, la rubia podría intervenir en caso de un percance, por lo tanto, esa era la nueva meta.

- Ya basta de estupideces - se dijo a sí misma - yo...de verdad - pero se detuvo. Vaya, pensar una cosa y luego admitirla era más complicado de lo que pensaba - de verdad...deseo, estar con Cosima - concluyó en voz alta y se sintió libre, con ganas de decírselo a alguien, con ganas de reír y llorar, porque su corazón se sentía sin un gran peso, ya no se encontraba oprimido por algo desconocido. Uno no puede abrirse a alguien si no lo hace primero con uno mismo, no se puede admitir algo sino se hace primero con su yo interno.

Entonces, con aquella total disposición y energía decidió, por fin, que deseaba con todas sus ganas a Cosima y que sin duda deseaba estar con ella pero, ¿cómo?, que dilema.

Cuando la mañana por fin llegó, Delphine despertó algo desvelada, ya que tanto pensar la noche anterior no logró pegar un ojo, o al menos no por muchas horas y Cosima era en todo lo que pensaba y por su mente se cruzaba.

El lunes ya había llegado y como todas las mañanas Cosima entraba por las puertas del Instituto, algo triste debía admitirlo, porque dejar a su familia después de mucho tiempo sin verlos dolió bastante, pero luego de mucho llanto por parte de Gemma, Oscar y Alison logró viajar de vuelta a San Francisco lista para el trabajo y deseando ver nuevamente a Delphine.

Mientras tomaba asiento en su escritorio Alice había llegado también, no podía negar que su mirada hacia ella se había tornado más fría y despiadada que de costumbre pero, ¿qué podía hacer?, el viaje a Nueva York fue decisión de Delphine y Cosima por ningún motivo se interpondría en los deseos de su jefa pero, el gesto de desprecio por parte de Alice hizo pensar nuevamente a la morena de forma inquieta, el que ambas rubias habían tenido un romance, porque a pesar de que no lo había analizado mas allá y de no haberlo dicho con sus respectivas palabras, Cosima pensaba que entre ambas hubo o bien, había un romance y el computar eso de manera fugaz, la hizo sentir muy mal física y psicológicamente, pero no deseo pensar más en ello, porque aunque le era imposible, una especie de "celo" se apoderaba de ella y le molestaba, ¿Qué había o hace Alice que ella no? ¿Cómo se ganó la atención de Delphine y por qué ella no podía?, ya ven, es mejor dejar de pensar.

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