Tres semanas habían pasado ya desde el incidente en el departamento de Cosima, y esta, no se había presentado hace dos semanas ya al Instituto. Alice la bombardeaba día y noche con llamadas y mensajes pero la morena nada, no quería nada, porque la primera semana que se le ocurrió asomar sus narices por esos lados, insistía en entrar a la oficina de Delphine, pero Agatha la desconocía y negaba la entrada, cuando se topó con ella un día que llegó temprano, la rubia ni siquiera la miró, siendo que Cosima pedía y lloraba a mares que la escuchara y tratara de entender que lo que vio no fue lo que su mente creyó ver, pero nada sirvió y se rehusó a seguir asistiendo a su lugar de trabajo.Resultaba muy doloroso borrar de su corazón lo que sentía, pues sabía que Delphine no cedería y no la perdonaría aunque no fuese su culpa lo que pasó, así que no perdía nada con dejar de ir al Instituto, pero a solas. A solas dolía todo de una forma distinta, ese dolor que conoció hace años y ya no quería, dejar de amar a alguien y acarrear el amargo dolor le sabía a sus dieciocho años, aquellos años donde la depresión la hundió, aquellos años de tortuosa tristeza se sentía igual a lo que sentía ahora, y nunca creyó volver a aquello, se había convencido de que no sería igual, pero ahí estaba, en el mismo punto que antes.
Extrañaba la extraña presencia de Delphine junto a ella, extrañaba sus desesperantes cambios de humor, extrañaba sus gestos, su risa, verla seguido, la amaba, si, la amaba y se había percatado de eso muy tarde. Debió saber que la amaría desde que la vio por primera vez en la distancia, con su rostro perfecto, su cabello reluciente, sus hermosos ojos y el espeso ambiente cayendo sobre ella, debió saber que ese escalofrío que sintió su columna la llevaría a otra cosa, pero no, posiblemente si lo hubiese sabido tampoco hubiese hecho caso, porque así era. Debió hacerse a un lado cuando su estómago ya no se contenía estando junto a ella, pero no lo hizo. Cuando por poco la besa en aquella sala de conferencias, hubiese sido un buen momento para irse, pero nada, y para ser sincera, ¿quién en su sano juicio se rehúsa al amor? ella no, y nunca deseó del todo renunciar a Delphine, pero la conocía, de alguna u otra forma la conocía y sabía que no sería de ella más nunca.
Mientras el tiempo pasaba, no solo se enfadaba Alice, sino que Alison también lo hacía, pero aquello venía con un halo de preocupación porque, hace casi dos semanas la canadiense llamaba y llamaba a Cosima y esta nada de nada. Se decidió a viajar y averiguar cuál era el problema y que le sucedía a su hermana. Cuando llegó a San Francisco solo se subió a un taxi y dio la dirección que en el Instituto le habían proporcionado. Se detuvo en frente a un edificio lúgubre para ella, con aquel falta de color, así como Cosima lo era, "tal para cual" se le cruzó por su mente.
El clima estaba helado y con dificultad salió del taxi luego de pagar. Una vez dentro se acercó al portero llamado Freddie, amigo de Cosima. Alison preguntó por ella y el quedó sorprendido ya que no sabía que la morena tuviese una hermana. Le indicó el apartamento y Alison se alejó con una dulce sonrisa.
Al momento de llegar al número indicado golpeó pero nadie aparecía, se le cruzó por la cabeza que quizás estuviese abierto y giró la manilla, en efecto, esta estaba abierta y con cuidado se adentró al departamento, que con un aire espeso y sumido en una penumbra la recibían. Alison quedó helada, no se imaginaba que su hermana viviese en un lugar tan constipado, tan húmedo, frío y lúgubre. Suspiró pesadamente y comenzó a caminar, pero a pocos pasos tropezó con unas cuantas cajas, se enfadó un poco mientras acariciaba su pie.
- ¿Cosima? - habló en voz alta para que su hermana la escuchase y apareciera, pero nada - ¡Cosima! - elevó el tono pero nadie aparecía - ¿Dónde estarás? - susurro.
Pero aquello que continuaba sería lo peor que en su vida haya visto hasta el momento, sintió su vida desvanecerse en segundos, porque de la nada, un ruido proveniente del baño llamaron su atención. Alison, sin bacilar mucho se acercó rápidamente y al abrirse la puerta, vio a Cosima tendida en el suelo, con la boca sangrante y tocando su pecho mientras jadeaba en busca de aire, sus ojos abiertos de par a par buscaron los de Alison, que petrificada en la puerta aún se encontraba. Cosima extendió su mano, al mismo tiempo que de su boca salió disparado el líquido rojo espeso que estaba asfixiándola. En la cabeza de Alison algo la impulso a acercarse, porque estaba tan sorprendida que su cuerpo no respondía. La tomó de los hombros y puso su cuerpo de lado, de tal forma que escupiera en dirección a ella y no se asfixiara. Sin saber cómo, marco el número de emergencias con los dedos cubiertos de sangre manchando el aparato, también tenía algunas salpicaduras en el cuello, de las cuales no se percató.
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Perfect Genetic
FanfictionCosima es una chica que ingreso al instituto Dyad, en el cual descubrirá secretos sobre su vida y la de su hermana, además, conocera a quien será su salvación o quizás, su perdición.