CAPITULO 36: Puto ✓

3K 320 187
                                    

— No quiero que te vayas todavía - habló con mesura pero imponiéndose.

— No eres mi jefe, patán. No pasaré un solo minuto de más aquí, ni en ningún sitio si es contigo.

— Esto y lo que haces con las clientas no es diferente. Estoy pagando por ti, soy como tú dueño porque a los jefes se renuncia, Yoongi.

— Por eso esto es peor - arrojó con la mirada borde y la voz asqueada - Haces y deshaces lo que te entra en gana conmigo, te vale un infierno mi maldita voluntad o mi humor, mi disposición. Esto es peor que ser un juguete.

Choi se levantó de la cama con toda su desnudez a la vista, exhibiéndose, se acercó calmadamente hasta el baño siendo evitado por la mirada café; en cambio Yoongi comenzó a ponerse su ropa a una velocidad récord.

El mandamás se giró y hablo con autoridad. 

— No quiero que te vayas, Min.

No Yoongi sino "Min", y él no quería tenerlo cabreado por nada, estaba bailando la canción de Choi sobre la enorme y bronceada mano del mafioso.

— ¿Qué se supone que haré mientras te duchas? Quedarme sentado como imbécil, oyendo como lavas tu suciedad - negó - No, gracias. Paso. Además te hará falta mucho más que jabón y agua para quitarte algo de eso.

Aunque no necesariamente debía tenerlo contento, sólo responder a su llamado.

— Podrías entrar a bañarte conmigo, ayudarme a quitarme algo de toda esta "suciedad" que tú me ayudaste a tener.

— Sueñas - cortó la petición - Y yo no te ayude a ser un inmundo desperdicio de la sociedad, ya quisieras tener más culpables que simplemente tú - se agachó para enganchar un pie en el pantalón y encontró un pequeño hematoma ahí, se irguió furioso trás soltar un chasquido, una punzada en su espalda baja - Jodida mierda.

— Si tuvieses más participación o disposición, quizá no te dolería tanto - se burló con un poco de orgullo en eso, Yoongi era terco y arisco pero siempre acababa y se veía satisfecho justo antes de enseñarse enojado nuevamente - Tal vez si lo hacemos más seguido te acostumbrarás.

— Pudrete. Esto es porque te portas como un animal.

Choi se encogió de hombros y se perdió detrás de la puerta, al mismo tiempo Yoongi azotaba la del cuarto al salir. El mayor se mordisqueó el interior del labio inferior con una pequeña fuerza para liberar frustración, no respondió porque no quería sentirse más humillado y a la deriva de lo que Yoongi sabía que estaba. Se estaba hartando de las respuestas que eran divertidas y petulantes pero atractivas, Yoongi no era honesto en lo absoluto con sus sentimientos o cuánto aceptaba de Choi realmente.

Estaba arrinconado con este trato pero no siempre lo odiaba o no lo hacía de principio a fin, había espacios de interludio en esa furia incansable, eran esas oportunidades que aprovechaba para dejar su huella, una marca al ganado que le pertenecía así fuese la única rés del corral. Sus sentimientos por el rubio estaban más allá de la proyección o sublimación, cada reacción lo lastimaban con mayor frecuencia y se agredía a sí mismo por permitírselo a Yoongi, pero luego recordaba lo sexy y dócil que era en la intimidad, lo poco sincero y cuánto se sonrojaba porque no quería aceptar que tanto le gustaba lo que hacía Choi. Y pensaba en él, lo sabe porque Yoongi se fuerza a terminar mirando su cara como si no quisiera confundiese con nadie, y sabe que piensa en él porque lo mira con ira y algo de desprecio al mismo paso de su deseo.

El mafioso enloquecía con tan poco, incluso tomó a Yoongi la noche del Sahara siendo la única vez que el pálido se ausentó en una; la verdad es que no soportaba con mayor intensidad la idea de prestarlo a nadie, ni siquiera por una noche aunque él lo viese al menos una vez por semana para follarlo y tener está pelea de no quedarse para más nada. Desde que Choi puede besarlo y penetrarlo se siente libre y caliente pese a sus treinta y nueve años de edad, pese a que perdió la lujuria y el apetito sexual por un largo tiempo, pese a que Yoongi era "mercancía" que él respetaba y anhelaba con la misma fuerza ahora sólo lo llamaba para tocarlo e invadirlo, para llenarlo de él sin ninguna cita o pregunta de por medio, ya no conversaban, solo se veían y ropas fuera para recibirlo.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora