CAPITULO 33: Realidades ✓

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Dos personas se encontraban espiando hacia el despacho del mandamás con la puerta ligeramente entre abierta, las habitaciones no eran paralelas pero se podía apreciar perfectamente quién era el rubio que salió de la oficina con pintas cuestionables, el tiempo que le tomó dentro de la habitación sumamente sospechoso y dolorosamente predecible.

Un par de ojos sorprendidos e incrédulos.

El otro satisfecho.

El silencio los atrapó varios minutos pese a que anteriormente ni tenian una conversación, Jimin había decidido redimirse y dejar las curaciones al tiempo, todo caería sobre su peso en su lugar correspondiente con propiedad, estaba tan jodidamente decidido que resultaba graciosa la demolición de su voluntad con sólo ver a Yoongi huir cuál ladrón de la oficina de Choi. Mentiría si no dijese que el corazón cavó tumba en su pecho, mucho más profundo que cualquier parcela de cementerio; de pronto las piernas fallaban y su vista se enjuagó, necesitaba un soporte o caería irremediable al suelo. Un calor maldito y malicioso que nunca lo sostuvo con honestidad abrazó su cintura, el aroma a mentiras del perfume caro de Hunchul mezclado con jabón. Dos años y seguía oliendo igual, su fragancia era tristezas para Jimin.

El menor trató de apartarse tomándose de la pared contigua, miraba el espacio vacío del corredor en el que Yoongi ya no estaba a través de esa rendija que Hunchul tenía para que ellos pudiesen espiar, para corroborar lo que Jimin llamó mentira. Ahoranse sentía, quizás, tal cual el guarda lo quería, frustrado, herido, culpable y solo... Después de tantos lanzamientos sobre ser un hombre horrible, después de tanta mala fama, después denque él mismo vivió en carne propia la crueldad del mandamás Yoongi se dejó abrazar por el sujeto y ahora salía con una expresión molesta de ojos confusos sin ser consciente de que él estaba viendo cada uno de sus pasos.

Pasos lejos de Jimin.

Las nauseas descompusieron su semblante aturdido hasta que tuvo el vómito detrás de la garganta, ácido y amargo descendiendo y presionando sobre cada músculo torácico, las costillas se sentían mas pequeñas y el pecho estaba tan apretado que inclusive costaba respirar bien... Se suponía que él iba a sanar con y por Yoongi. El mismo rubio que seguramente había follado con el bastardo mas grande de todos los tiempos, oculto entre en las sombras porque hasta Hitler tuvo la osadía de enseñar su rostro y hacerse cargo de sus fechorías y males, ¿Un hombre así le estaba ganando a Yoongi? Un cobarde criminal.

Él lo cedió tan pronto que esta patética dolencia y el sentimiento de engaño tenía que ser un mal chiste, él vió cómo era el hombre con Yoongi, y de todos modos quería una buena razón para lo que indudablemente sucedió. Para no decirse más tarde que fué un tonto y que sus inseguridades le reprocharan nuevamente haber elegido mal, por enamorarse de los ojos afilados de Yoongi y querer dejar atrás la frialdad de Hunchul.

— ¿No te lo dije antes? El corazón de un hombre cambia con demasiada rapidez - sonrió el pelinegro, tomando el hombro del más bajo para acercarlo - Ya ves que no es mejor que yo.

— Algo anda mal, él no haría... - negó sin poder defender demasiado lo que acaba de ver con sus propios ojos, cogió aire antes de suspirar su angustia - Él no es como tú.

— No, claro que no - aceptó, su voz se profundizó cuando añadió - Es mucho peor.

— No, nadie podría serlo - contra dijo, sosteniendo los trozos de afecto que lo apuñalaban con ambas manos, con todas sus fuerzas, era temprano para dejarse arrastrar por el dolor.. todavía no - Tú me has echo un daño aparte aún peor. Dudo que alguien lo supere nunca.

— Yo, cuando menos, te mandé al diablo para seguir adelante con mi vida.

— Literal. Me enviaste al jodido infierno.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora