Capítulo 4

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Pasé la tarde leyendo, como solía hacer. Vi la hora: 10.30, ya era tarde así que fui a mi habitación.
Estaba al lado de la habitación de mi padre, sus paredes estaban pintadas de un color mantequilla. En su interior había pequeño velador ubicado a un lado de mi cama. A lo lejos el armario, unos pasos más y estaba la ventana que daba hacia la ciudad.

Tenía baño propio por lo que entré, y lavé mis dientes, luego me cepillé el cabello. Me puse pijama, me acosté en la cómoda cama tapándome con las frazadas y me dormí.

"-Así que estás sola -dijo el sujeto, estaba encapuchado- es tarde.
Quería hablar pero las palabras no salían de mi boca, el miedo me estaba consumiendo.
-Alice, Alice... ¿qué puedo hacer contigo, hermosa? -preguntó el muchacho, no podía ver su rostro.
-¿Por qué me haces esto? -logré decir después de unos segundos.
-Lo disfruto -rió- podría matarte o... -lo interrumpí.
-No me hagas daño -comencé a llorar, traté de pararme pero estaba atada de manos y pies.
-Entonces te topaste con el chico equivocado, porque eso es lo que haré -se acercó.

Traté de gritar pero nada salía de mi boca, comencé a desesperarme a medida que el chico se acercaba más y más. Podía sentir su respiración, miré cada uno de sus movimientos, aterrada. Sacó un cuchillo de su chaqueta, me iba a matar, este era mi fin.

-¿Por qué quieres hacerme esto? -pregunté con un nudo en la garganta.
-Tus ojos Alice, odio ese color, tienes que morir -fue lo último que escuché antes de que acercara lentamente el cuchillo a mi pecho. Me estremecí. Comencé a sentir la punta del cuchillo en mi piel."

Desperté de un salto y un enorme grito en mi cama.
Era la quinta vez que soñaba esto, estas pesadillas me hacían despertar con gritos y mucho miedo. Desde que empezaron a morir estas chicas, empezaron estas pesadillas... y era siempre lo mismo, ese chico misterioso con capucha y su cuchillo, nunca cambiaba.
Tom entró asustado a mi habitación, estaba pálido.

-¿Estás bien? -se acercó a mi cama.

-Esa pesadilla de nuevo -hice una mueca- tengo miedo Tom.

-Lo sé, por eso te digo que no quiero más salidas, ni a Drake -me miró preocupado.

-No me puedes prohibir estar con mi mejor amigo, entiéndeme.

-Te entiendo pequeña, pero ponte en mi lugar también -bajó su cabeza- no quiero perderte como a mamá -suspiró.

-Tom -lo abracé fuerte, por muy protector que fuera, lo amaba- no me perderás, jamás -me separé- pero Drake lo único que hace es protegerme, además es detective, sabe del caso.

-¿Y si digo que bueno, pero que sólo se pueden ver aquí? -me miró- ¿qué te parece?
-Perfecto -le sonreí- gracias, te quiero.

-Y yo a ti -me devolvió la sonrisa- ahora ve a arreglarte, te llevaré a la escuela.

-¿Tú? -hice una mueca.

-Tratos son tratos -dijo cómico.

-Bueno, bueno... -rodeé los ojos y entré al baño.

Me bañé y me vestí con unos jeans, una polera destapada en los hombros y unos botines. Tomé una manzana de la cocina y bajamos, por fin funciona el ascensor. Tom se estacionó afuera de la escuela.

Adentro era un caos, por la muerte de Brittany, claro. Avancé rápido por los pasillos evitando escuchar los comentarios sobre lo sucedido el día sábado, realmente no quería saber nada más. Con lo que había visto en la fiesta, me bastaba y sobraba.

-Alice, ¿por qué demoraste tanto? -preguntó Megan mientras entraba al salón.

-Megan, estoy bien, tranquila -la tranquilicé.

Amor ilegal | Terminada. [Sin editar]Where stories live. Discover now