XVII. Popularidad, caballerosidad y superheroes.

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—Harry querer músculo, —dijo el mencionado—. Cuatro, ir al gimnasio.

— ¡Aprender deportes! —dijo Niall—. En la universidad hay equipos de baloncesto, tenis, natación y futbol.

Liam asintió—. Los chicos malos de los libros siempre juegan fútbol.

Cinco, practicar deportes. —Harry asintió—. Al salir, luego de dos edificios hay una cafetería, ¿por qué no salimos un rato?

—Podemos invitar a Hillary, —sugirió Liam. Todos asintieron en acuerdo.

—Voy a ducharme, —dijo Niall, partiendo a su habitación, seguido de Liam, que decidió hacer lo mismo.

—Louis, —habló el ruloso.

— ¿Sí? —replicó.

— ¿Sabes que si te molestas con Zayn, luego no podrás ver más a Zoe?

Louis tragó saliva, asintió y recargó el peso de su cara en su puño, cerrando los ojos al mismo tiempo, de una forma un tanto dramatica—. Pásame el cuchillo, para suicidarme de una vez por todas.




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Los muchachos se ducharon, y empujaron a un triste Louis por la vía peatonal fuera del edificio. Todavía no podía creer por qué no había pensado en aquello. Se sentía culpable sin tener derecho alguno.

Tonto Malik.

Llamaron a Hillary, y encantada confirmó su asistencia, diciéndoles al mismo tiempo que estaba con una amiga y no quería dejarla sola, así que también iría con ella para acompañarlos y comer algo en la cafetería.

—Ahora me siento culpable por decirte eso, —dijo Harry, achicando sus ojos por la irritante luz del sol a las dos de la tarde—. De verdad no sé para qué tienen licencias, si solo hemos sacado el auto como dos o tres veces.

—Caminar es bueno para la salud, —afirmó Liam.

—Habla el chico que se levanta a las doce del medio día, —rió Niall.

Harry se adelantó para abrir la puerta para todos, observando al mismo tiempo el local, dándose cuenta de que Hillary no había llegado aún.

—Ahí hay una mesa vacía, —señaló Louis, una de las mesas que estaban en el centro del lugar.

La mayoría de las personas que estaban ahí eran adolescentes, de todo tipo. De hecho, había una chica con el cabello verde.

—Quizás estos sean nuestros compañeros de Universidad, recuerden que Hillary dijo que, mayormente, por acá vivían muchos universitarios, —susurró Niall.

—Se ven bien, —se encogió de hombros Louis.

Una mesera guapa se acercó a la mesa de los chicos, con una dulce sonrisa que transmitía calidez en sus labios—. ¡Buenas tardes y bienvenidos! Acá está el menú, ¿desean algo para tomar?

—Tu voz parece de locutora de radio, —dijo Liam. Ella arqueó una ceja y rió.

—Yo quiero un juguito de moras y arándanos, —dijo Harry, observando el menú. Un coro de «yo también» resonó en la mesa—. Esto te demuestra el buen gusto que poseo.

The Nerds Plan: Madness in Vegas.Where stories live. Discover now