— Espera, yo he olido esa mierda, en la segunda guerra mundial, en la guerra de Corea. ¿Me quieres explicar por qué carajo hueles a ángel?

Chanyeol tuvo que cubrirle la boca.  Lo dijo demasiado alto, y varios humanos lo habían escuchado, pero le restaron importancia.  Tomó a Sehun por el brazo y lo arrastró con él al interior del edificio, subiendo al elevador y marcando su piso.  Ambos estaban solos adentro, por lo que decidió hablar.

— Tengo a un ángel en mi casa.

La risa de Sehun no se hizo esperar.  Le era una estupidez, algo imposible, porque, primero, los ángeles no tenían ningún interés en bajar a la tierra, llena de pecadores, y no se les permitía; segundo, solo los arcángeles tenían permiso para bajar, y solo lo hacían cada pocas veces al año para solucionar algunas cosas.  Añadiéndole a todo eso, que los ángeles y arcángeles detestaban a los demonios tanto o más de lo que ellos los detestaban a ellos.

— ¡No estoy jodiéndote!, ¡tengo un ángel dentro de mi casa ahora mismo!, ¡lo salve de ser casi violado!— gritó Chanyeol, deteniendo el elevador.

— ¡Es imposible que tengas a un puto ángel en tu casa, porque si no lo recuerdas, no tienen permitido bajar y nos odian a muerte!— gritó Sehun de vuelta.

— ¡¿Y cómo explicas el olor a ángel?!

Sehun se quedó en silencio por un momento, luego abrió los ojos de sobremanera, dándose cuenta de que Chanyeol no lo estaba jodiendo. De verdad había un ángel en su hogar.

— Me tienes que estar jodiendo.

— Ojalá, pero no.— suspiró, presionando el botón para que el elevador terminara de subirlos.

Las puertas se abrieron y ambos caminaron hasta sus escritorios.  Minseok al verlos se acercó en su silla y les sonrió, pero captó el olor que emanaba Chanyeol rápidamente y frunció el ceño en confusión.

— Dime por favor, que ese olor no es lo que creo que es, y que es solo una mala colonia que te compraste ayer para probarla.— casi suplicó en un tono cansado.

— Tiene un ángel en su casa.

— No soy tan pendejo, Sehun. Solo quería aguantar la esperanza.— respondió fulminando con la mirada a su amigo.

— Aish, no dije que lo fueras hyung, eso lo pensaste tú.— contraatacó el menor con una sonrisa burlona, que logró que el otro rodara los ojos irritados.

— ¿Cómo es que todavía no ha escapado de ti?

— Él es diferente a los demás. Ni siquiera sabe que soy un demonio.

— ¿Y cómo estás tan seguro?

— Puedo oler sus emociones y leer sus pensamientos, creo que estoy bastante seguro.

Los ojos de Minseok se abrieron más de lo normal, y antes de que pudieran preguntarle el por qué de su reacción, se excusó con que tenía trabajo y se fue casi volando en su silla hacia su escritorio. Chanyeol y Sehun se miraron algo confundidos, pero decidieron ignorarle y comenzar a trabajar en sus proyectos atrasados.


                                                                                               ...


Baekhyun miraba todos los libros en la estantería de la oficina de Chanyeol. Había entrado por accidente y cuando vio los libros, no pudo evitarlo y se acercó para curiosear entre las páginas de estos.  La mayoría eran hermosos poemas, una gran diversidad de historias, más uno que otro libro de fantasía.  En esos momentos se encontraba leyendo un libro escrito a mano, todo lo que habían eran poemas con significados oscuros y profundos.  Era más bien una libreta, y la persona que la escribió tenía una muy hermosa y limpia caligrafía en cursivo que lo había cautivado. Cada letra parecía haber sido hecha con sumo cuidado, las líneas eran finas pero se hacían un poco mas anchas en los lugares correctos y no había ningún error en aquellas páginas.  Era visualmente satisfactorio verlas y leerlas, y le fascinaban los poemas escritos en tinta que escondían hermosos significados.

Heaven | ChanBaekWhere stories live. Discover now