--Primero muerto-- dije, provocando que riera --, pero... ve con cuidado por favor.-- soltó una aun más sonora carcajada y asintió.

--Vale.-- y sin siquiera avisarme arrancó, avanzando con gran velocidad por las calles y moviéndose a propósito de un lado a otro.

--¡Frank!-- grite, logrando que aumentará sus horribles risas y yo, al tambalearme, le abrace.

Veía las cosas pasar con velocidad a mis lado y eso me hacia sentirme nervioso, asustado enterré mi cabeza en su espalda, haciendo fuerza en los dientes provocado que me doliese y cerrando los ojos. Escuchaba su escandalosa risa, mientras seguía avanzado y escuchaba que adelantaba carros debido a que le pitaban con molestia y soltaban ofensas a él.

Definitivamente le odiaba.

*****

--Llegamos-- escuche su avisó, y como se apaga la motocicleta --¿Luzu?

Yo seguía en mi pequeño escondite, con el corazón demasiado acelerado como para respirar calmado y con los músculos demasiado tensos como para moverme.

--Te... te di-dije que fueras despacio.-- murmure, estaba tan agitado que hasta me costaba hablar.

--Ups-- rió con fuerza --, oye tío, me estás arrugando la camisa.-- se quejó y colocó sus manos sobre las mías, tratando de hacer que le soltará. Ya que en algún punto del viaje las había hecho puño sobre su estomago.

Esa acción me hizo reaccionar de nuevo, con la velocidad de un gueopardo le solté y me baje de la motocicleta, alejándome de ambos --Jamás me vuelvo a subir en esa cosa-- él rió con fuerzas, negando con su cabeza. Mire a mi alrededor, y fue cuando me dí cuenta que estábamos en la casa, en el estacionamiento que ofrecía para tres carros, ocupando solo dos y la motocicleta. La mire de frente --¿Qué hacemos aquí?

Sentí un movimiento en mi espalda y no alcancé a girarme cuando recordé que allí estaba su mochila, le escuche tararear algo y sacar al de allí dentro --Listo, lo siento.

Me gire, encontrándome con Frank sonriendo, extendiéndome una cajita envuelta en un papel de estampado militar azul. El regalo.

Se lo arrebate, y con curiosidad comencé a desenvolverlo, tirando al suelo los pequeños papeles que recogía Frank negando con su cabeza. Cuando arranque uno y reconocí el logro de la compañía, casi me desmayó, un móvil. Con velocidad me deshice de los demás envoltorios y descubrí por completo la caja blanca.

Aún creyendo que se trataba de una broma la abrí, encontrándome con un elegante y moderno celular, nuevo. Abrí mis ojos asombrado, observando perplejo el presente --¿Qué es esto?

--Un móvil, ¿Qué más tío?-- rió, negando con su cabeza --¿Quieres que te enseñe a usarlo?

--Sé como se usan, tonto-- gruñí, sacando de la caja el pequeño artefacto electrónico, luego le mire --¿Y por qué?

--Pues para que me perdones por ser un irrespetuoso-- habló --, lo siento.

Eleve ambas cejas, sin creérmelo --Pues que regalo tan costoso.-- rió.

Se acercó a mi, y sin siquiera ser capaz de pararle, colocó ambas de sus manos bajo mi cuello retirando el casco, que había olvidado portaba aún. 

Me brindó una radiante sonrisa, que me incomodaría bastante si no tuviese tremendo obsequio en manos, le vi dejar el casco en su lugar y luego regresar conmigo --¡Pues gracias! Esto y más es lo que merezco luego de tu estúpido comportamiento.

Él solo rió, y de la nada vinieron preguntas a mi mente, preguntas lógicas que no me había plantado --Espera, ¿Cómo sabías que yo no tenía celular?-- le cuestione, cerrando lentamente la caja donde estaba el celular --Y si tuviste todo este tiempo el regalo en tu mochila ¿¡Para qué me hiciste subir en tu moto?!

Se mordió su labio inferior, mostrando una sonrisa burlona --Quería que te subieras y que me abrazarás-- confesó, haciéndome enojar --, y pues revise tus cosas de tu cajón antes de irme al trabajo. Lindos calzoncillos rojos, quisiera ver como se te ven puestos.

Me guiño su ojo y salió corriendo hacia la casa, yo me gire y le seguí dispuesto a darle unas buenas hostias al cabrón, apenas entre lo vi subir la escalera con velocidad --¡TE LO ADVERTÍ HIJO DE PUTA!-- grite adentrándome en la casa, sin alcanzar a frenar cuando vi a alguien salir de la sala.

Colisionamos, cayendo cada frente al otro de sentón, mi nuevo móvil se deslizó a unos centímetros de mi. Me queje para ver a Miguel, quien en vez de mirarme molesto, observaba horrorizado como su bebida, un refresco, había quedado manchado sobre la pared. 

--No me jodas.-- murmuró, espantado.

Detrás de él apareció Rubén, traía puestos unos botines negro con un poco de tacón, falda negra con muchos olanes y ampona, que le quedaba a la mitad del muslo, una blusa rosada con brillos y una peluca rubia extremadamente larga --¡Ay Ken!-- le dijo a Mangel, agachándose hasta quedar de rodillas y ver como estaba. Fue allí cuando notó mi mirada sobre él confundida y horrorizada --¿Qué? Hoy soy Barbie.

Les observe notando como, luego de que Mangel apuntará a la pared con su mano temblorosa, ambos se miraban asustados. Sus ojos se inyectaron de pánico cuando escucharon un silbido, y como la puerta de la cocina se abría. Samuel salió usando un ridículo mandil rosado con un enorme unicornio morado en el centro y con un trapo colgando de su hombro. Se le veía calmado, chiflando y con una escoba en mano.

Hasta que se dio cuenta de la mancha de cola en la pared blanca, gritando horrorizado y no muy masculinamente.  

Dejo caer la herramienta de limpieza al suelo, llevando sus manos a su boca --¡Fue Luzu!-- gritó Rubén, arrebatando el vaso de vidrio vació a Miguel para luego lanzarmelo a mi, por suerte logre atraparlo antes de que se estrellara. Se puso de pie jalando a Miguel consigo, casi provocando que cayera de nuevo pero igual desaparecieron escaleras arriba. Recordé que estaba tratando de matar a alguien.

--¡ERES HOMBRE MUERTO FRANK!-- a la mierda la confianza y la buena imagen, ese desgraciado había espiado en mis cosas.

Me puse de pie, dejando caer al suelo el vaso de cristal, que creo solo se agrietó un poco y tome mi celular para subir de dos en dos escalones.

Cuando llegue al tercer piso comencé a tratar de abrir la puerta, pero estaba cerrada y salía de ella música, que subió de volumen al máximo, reconocí a Lady Gaga con Telephone, luego escuche a Frank cantar a todo pulmón.

Seguí golpeando la puerta, sabía que Frank me escuchaba y se hacia el tonto. O bueno, tonto ya era seguramente desde que nació, por algo era marica.

--¡FRAAAAANK!-- grite enfadado.

--Sorry, I cannot hear you, I'm kinda busy  (Lo siento, no puedo oírte, estoy un poco ocupado).-- cantó, logrando que me molestase más.

Grite desesperado, me dí la vuelta dispuesto a dejarme caer al suelo rendido, pero me encontré que Rubén y Miguel bailando al son de la canción y cantando a coro con Frank, solté un quejido me senté en el suelo. Definitivamente era un error estar en ese lugar, todos estaban malditamente locos.

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¡Capítulo nuevo súper random! Espero que les haya gustado y les traeré el siguiente capítulo  lo más pronto posible.

Nos vemos mañana con el comienza de una mini historia Rubelangel, los quiero musho <3 <3

Gracias por leer <3 

La Casa GAYWhere stories live. Discover now